Los Cinco Ambientalismos del Geógrafo Anthony Bebbington
11:46
Lima, 12 de Mayo del
2014.- El ambientalismo es una tendencia social que interpreta y valora de
una determinada manera el impacto de la actividad humana en la naturaleza.
Estas interpretaciones y valoraciones varían entre culturas y subculturas. Por
ello, el geógrafo Anthony Bebbington elaboró una clasificación con los tipos de
ambientalismo existentes. Dada la importancia de sus aclaraciones, y el expreso
pedido que realiza a sus lectores de insertar a los actores sociales reales
dentro de su clasificación, en este artículo nos proponemos hacer ese esfuerzo
con algunos movimientos sociales y políticos, para reflexionar sobre los
aportes de la clasificación de ambientalismos de Bebbington.
Conflictos Socioambientales: Caracterización
Hoy es lugar común escuchar o leer los conceptos “conflicto
socioambiental”, donde los grupos sociales enfrentados son supuestamente
extractivistas de un lado versus ambientalistas por otro. Una primera
interpretación de este conflicto de intereses podría definirse de esa manera,
sin embargo, el estudio de la casuística conflictiva ha revelado nuevos
conceptos que ayudan a interpretar de una manera más aproximada la realidad
socioambiental. En esa línea, el geógrafo británico Anthony Bebbington es uno
de los más destacados estudiosos del tema y nos ha brindado una clasificación
con 5 (cinco) categorías, a las cuales denomina los cinco ambientalismos.
Revisémoslos.
Los 5 Ambientalismos según Bebbington
- Ambientalismo conservacionista.- Este ambientalismo tiene como característica buscar una compensación ante una actividad extractiva –como puede ser la minería o la extracción de petróleo. La compensación que busca es resguardar algún parche de paisaje natural de la ocupación y uso extractivo. Por ello, sus representantes buscan crear zonas de amortiguamiento, zonas de resguardo para la vegetación, fauna, cuerpos de agua, zonas libres de actividad humana y extractiva, etc. Se incluyen en este grupo muchos profesionales.
- Ambientalismo nacional-populista.- Este ambientalismo busca fomentar la nacionalización-estatalización de las actividades extractivas, así como la promoción de la industria nacional. Busca compensar el impacto trasladando la gestión de las empresas al estado. En caso contrario, plantea una mayor recaudación impositiva, manteniendo las empresas del sector en poder privado.
- Ambientalismo de las formas de vida.- Este ambientalismo plantea que una empresa puede practicar la actividad extractiva siempre y cuando contribuya a la mejora de la calidad de vida y el crecimiento económico de la población impactada o cercana al proyecto. Como Bebbington basa su idea en la propuesta de Joan Martínez Allier, indica que este ambientalismo es semejante al denominado “ecologismo de los pobres” del autor mencionado. Busca compensar la actividad extractiva por medio del apoyo a la población.
- Ambientalismo de justicia socioambiental.- “Critica el modelo económico que discrimina y castiga ciertos grupos de la sociedad” (p. 70). Busca la justicia social y ve como inaceptable la inequidad. Plantea la existencia de derechos básicos, que las empresas y el Estado actualmente no consideran. No busca ningún tipo de compensación de parte de las empresas, por lo tanto plantean un conflicto total. Según Bebbington, este “es un ambientalismo (…) que exige prácticas como el consentimiento previo, libre e informado, la zonificación ecológica socioeconómica, la plena ´participación de la población en decisiones que la afectan y una regulación férrea de las industrias extractivas para garantizar que los derechos de la población aledaña no sean vulnerados”[1].
- Ambientalismo profundo.- Interpreta a la naturaleza como portadora de derechos semejantes al que poseen las personas, por lo tanto no puede practicarse actividad extractiva alguna, pues la tierra sería un ser vivo, así como las plantas y los animales. Todos tendrían igual derecho a no ser vulnerados. Tampoco busca ningún tipo de compensación por parte de la empresa extractiva, busca el mantenimiento de ambientes prístinos. Propone una vida cercana con la naturaleza.
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Los Ambientalismos según Anthony Bebbington
Movimientos sociales y políticos en Perú
Anthony Bebbington nos advierte que los grupos sociales
pueden insertarse en su clasificación asumiendo un ambientalismo o más. Por lo
tanto, nos quiere decir que algunas categorías son compatibles entre sí. Con
esa salvedad, analizaremos algunos movimientos sociales y políticos peruanos
para probar la clasificación.
Movimiento Tierra y Libertad
El movimiento Tierra y Libertad es una agrupación política
que se ha formado en torno a la defensa de los sectores populares rurales, y ha
avanzado hacia las grandes ciudades del país. En la declaración de principios
de su programa nacional afirman que están en la búsqueda del “Buen Vivir” en la
sociedad peruana. Asumiendo que este movimiento se basa en la definición del “Buen
Vivir” que los sudamericanos nativos manejaban, conviene detenernos un momento
en este concepto para reflexionar sobre el ambientalismo de Tierra y Libertad.
Enel libro “Buen Vivir / Vivir Bien. Filosofías, políticas,
estrategias y experiencias regionales andinas” leemos que el concepto original
es suma qamaña (aimara Bolivia) o suma kawsay (quechua Ecuador), y se
traduce mejor como “Vida en Plenitud”[2].
Este libro ha sido elaborado por la Coordinadora Andina de Organizaciones
Indígenas, la cual intenta comprender la tomadura de posición de las
comunidades y pueblos indígenas en la región. Respecto a la minería, se apoya
principalmente en la plataforma reivindicativa que promueve el debate sobre el
modelo de desarrollo impulsada por la Confederación Nacional de Comunidades del
Perú Afectadas por la Minería (CONACAMI)[3].
Basado en esta visión del “Buen Vivir”, Tierra y Libertad formaría
parte de los grupos que propugnan un ambientalismo de justicia socioambiental
que pone en tela de juicio el modelo económico neoliberal. Y lo dicen
claramente:
“Para
construir el buen vivir en nuestro planeta y nuestro país, nos sumamos a las
corrientes políticas críticas frente al neoliberalismo y el estatismo como
políticas de Estado, al patrón de acumulación capitalista como forma
socio-cultural y económica dominante, y a la lógica del consumismo que conlleva
el afán de vivir mejor, lo que en su conjunto está poniendo en
riesgo la propia existencia de la humanidad. Estados Unidos, China y la Unión
Europea, países responsables de la mayor emisión de gases de efecto
invernadero, aceleradores del cambio climático, ponen en evidencia el carácter
destructor de esas políticas y patrones económicos y socio-culturales”.[4]
En el plano de la justicia ambiental, Tierra y Libertad
plantea el reconocimiento del derecho de las poblaciones indígenas a concebir y
administrar justicia. Asimismo, propone apoyar la creación de una “Corte
Internacional de Justicia Ambiental”. Sin embargo, este punto de la justicia
popular puede ser polémico pues el salvajismo con que se castiga a los
presuntos delincuentes puede evocarnos escenas de un pasado medieval.
En materia de descentralización plantean crear el gobierno
comunal, como una instancia político-administrativa debajo del gobierno local,
así como brindar mayor autonomía a las regiones existentes, y unas futuras macro-regiones
que se proponen crear, para que cada una pueda decidir su modelo de desarrollo.
El siguiente punto es llamativo pues plantea una agenda de inversiones que
respete la ordenación concertada del territorio.
“(…)
Luchamos por Autonomías Regionales con condiciones políticas,
institucionales, administrativas y jurídicas que le permitan gobernar
sus propios recursos fiscales y fortalecer los procesos de participación y
vigilancia ciudadana pluricultural, mediante la Asamblea de Delegados de la
Sociedad Regional, en la gestión pública regional de tal modo que el
Plan de Desarrollo Regional Concertado aprobado y el Plan de Ordenamiento Territorial Concertado tengan carácter vinculante
en la priorización del Plan Regional de Inversiones Multianuales correspondiente
al período de gobierno”.[5] (El
resalte en negrita es nuestro).
Siguiendo su pensamiento, plantean acabar con la seguridad
jurídica de la inversión, quitándole el rango constitucional a los contratos-ley
que se crean para los grandes proyectos extractivos. Todo lo cual, podría
afectar negativamente las expectativas del país para la inversión extranjera
transnacional.
Interpretación.- Tierra y Libertad propone un ambientalismo
de justicia socioambiental, que impondrá nuevas condiciones a la actividad
extractiva, basándose en la idea del “Buen vivir”. Sin embargo, a pesar de
coincidir con muchos aspectos que Bebbington considera justicia socioambiental,
como la ordenación del territorio, no hay una afirmación explícita que nos haga
pensar que este tipo de ambientalismo no es otra forma de compensación, acaso
más dura para el sector empresarial, pero compensación al fin y al cabo, salvo
en los casos donde se erradique definitivamente la ocupación y uso extractivo
del ambiente. Es decir, desde el punto de vista territorial, algunos espacios
si serían óptimos para la extracción según Tierra y Libertad. No es una
confrontación absolutamente antagónica, sino parcial también, como los tres (3)
primeros ambientalismos.
Ciudadanos por el cambio
Movimiento político que plantea una idea de compensación conservacionista
y de formas de vida como verdadera salida a los conflictos socioambientales,
así como una tendencia hacia la nacionalización de la actividad minera como eje
estratégico para el crecimiento económico.
En medio de la protestas en Cajamarca contra el Proyecto aurífero
Conga, representado por la empresa Newmont, que también extrae oro de la mina
Yanacocha, el movimiento “Ciudadanos por el cambio” no planteó una lucha indefinida
por erradicar la presencia de la minera o para cancelar el contrato, sino lucharon
por iniciar el camino a lo que ellos denominan “un nuevo modelo de explotación
minera” en el país, que en el caso del proyecto Conga en Cajamarca, incluiría:
a) La cuadruplicación
del volumen de los reservorios destinados a la compensación por la intervención
destructiva sobre lagunas y bofedales.
b)
intangibilidad de por lo menos dos de las cuatro lagunas (no deben ser tocadas
ni menos convertidas en depósitos de desmonte).
c) generación
de al menos 10 mil puestos de trabajo.[6]
El análisis de “Ciudadanos por el cambio” parece más
realista, y asume que las acciones tomadas por el sector pro-minero, el cual
incluye tanto a la empresa privada como al gobierno central, pueden inclinar
progresivamente a la población neutral, desideologizada o favorecida por el
proyecto a luchar porque éste logre consolidarse. Bajo las consideraciones del
gran capital de la empresa, así como el gran número de futuros trabajadores que
ya habían sido contratados y que estima entre 7 y 8 mil personas, Ciudadanos
por el cambio concluía que la mejor manera era negociar mejores condiciones de
inversión social y de conservación, antes que buscar la anulación del contrato
minero.
A futuro, este movimiento plantea que el peritaje
internacional de que fue objeto el proyecto Conga sea una práctica común a todos
los proyectos de extracción para tener una opinión imparcial sobre el impacto
ambiental.
Interpretación.- Ciudadanos por el cambio representa
un ambientalismo conservacionista (busca preservar algunas lagunas más en este
caso), de formas de vida (por los proyectos que mejoren la calidad de vida de
las poblaciones). La tendencia hacia la nacionalización se expresa en sus
análisis de los impuestos pagados por las mineras, que en muchos casos los
evaden según sus interpretaciones. Por ello, plantean la nacionalización para
obtener mayores ganancias para el país o el aumento de la carga impositiva.
La izquierda comunista
En el Perú, como en todo el mundo, existe este
movimiento llamado comunista que propone un ambientalismo nacional-populista.
La meta final es expropiar la propiedad privada y estatalizarla, como paso
previo a una supuesta socialización de los medios de producción. El problema en
todo esto es que no existe experiencia real donde la propiedad estatalizada en
un país comunista haya pasado a la socialización, pues paradójicamente, de esa
manera empezaría un camino hacia la privatización nuevamente. En cualquier
caso, esa fue la línea seguida por los países que aplicaban el comunismo de
estilo soviético. Para un caso diferente, debería revisarse el modelo
cooperativo de Yugoslavia.
Los movimientos comunistas en Perú son una clara
muestra del papel tergiversador que cumplen los movimientos sociales en torno
al ambientalismo. Claramente su sesgo es nacional populista, sin embargo los
comunistas están inmiscuidos en todas las protestas populares, incluso en
aquellas reivindicaciones ambientalistas que no defienden y que no defendieron
cuando asumieron el poder en Europa del este así como en otras partes del mundo. Por ello,
Bebbington nos advierte que es importante establecer comparaciones entre
diferentes tipos de ambientalismo para saber con quién estamos aliándonos o
contra quién combatimos y guardamos diferencias.
Partido Nacionalista Peruano
El partido Nacionalista peruano llegó al poder en el
año 2012. Sus líderes y representantes eran próximos al Alba (países
influenciados por el régimen chavista de Venezuela). Sin embargo, antes de las
elecciones cambiaron su programa de gobierno y viraron su ambientalismo
nacional-populista por una visión de libre mercado. Las modificaciones que el
Estado realizó sobre las concepciones ambientalistas desde la llegada al poder
de partido nacionalista son menores y en la práctica no significan cambio
alguno para los ambientalismos que propone Bebbington. ¿Por qué no proponen
cambios? Porque desincentivarían la inversión con un exceso de regulaciones.
Interpretación.- Este es un claro ejemplo de viraje
en las posiciones ambientales que Bebbington propone y que se manifestará
constantemente en estos conflictos sociales. Los movimientos sociales cambian
su concepción ambientalista según cambien las circunstancias.
Los Ambientalismos Faltantes
Bebbington planteó 5 ambientalismos, sin embargo, su
clasificación no nos permite conocer cuál es la concepción ambiental de otros actores
sumamente importantes en el uso del territorio. La clasificación de Bebbington
termina siendo sesgada hacia el movimiento social que se enfrenta contra la
minería. Pero no resolvió la pregunta ¿y que ambientalismo sustenta la práctica
empresarial?
Para ello, sugerimos dos ambientalismos –aunque
podrían haber más- que denominamos ambientalismo desarrollista y ambientalismo depredacionista.
Ambientalismo desarrollista
Este ambientalismo está sustentado tanto por el
Estado como por el sector Privado. En el caso público, en Perú, existen muchos
organismos estatales que trabajan para promover el crecimiento económico. No
obstante, las organizaciones estatales han comprendido que no solamente deben
velar por el crecimiento económico sino también por la calidad de vida y el
desarrollo sostenible, por lo que en sus declaraciones de visión, misión,
tareas, etc.; siempre incluyen aspectos ambientales.
Por ejemplo, el Instituto geológico minero y metalúrgico del Perú
indica entre sus objetivos contribuir al desarrollo sostenible del país, a
pesar de que hayan concesionado gran cantidad de tierras[7].
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Concesiones Mineras. Fuente: GEOCATMIN Ingemmet, 2014
Otro caso es el de Perupetro, institución que promueve las
actividades de exploración y explotación de hidrocarburos que pretende mejorar
el “estándar de vida de los habitantes de la comunidad, y generación de
oportunidad, respetando las diversas culturas existentes especialmente las
relacionadas con las etnias originarias”.[8]
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Mapa de los lotes petroleros. Fuente: Perupetro, 2014.
Mientras que por el lado privado, el ambientalismo desarrollista
queda más marcado aún. En el número 124 de la revista de la Sociedad Nacional
de minería, petróleo y energía (SNMPE), de diciembre del 2013, podemos
encontrar que prácticamente todo el esfuerzo está puesto en promover una visión
de responsabilidad social empresarial de gran magnitud. Podría considerarse que
las propuestas de ambientalismo conservacionista, de formas de vida e incluso
parte del nacional-populista se encuentran en su ideario.
El premio “Desarrollo
sostenible 2013” elaborado por la SNMPE para destacar las buenas prácticas de
inversión social y que se resume en la revista, demuestra la intensidad con la
que viene trabajando el sector privado por ganarse a la población. En cuanto al
ambientalismo nacional-populista destaca la participación de la SNMPE para
autoimponerse un mayor pago al Estado cuando recién comenzaba el gobierno del
partido nacionalista, ante un temor de expropiación o conflicto que termine
afectando más a las empresas. Por lo tanto, asumieron inclusive ese
ambientalismo, con lo cual, la visión desarrollista es más sofisticada y puede
calcular cuánto debe ceder ante el cambio del paradigma productivo que es un
fenómeno mundial.
La ceguera de Bebbington: Marketing Mix
Toda esta idea se encuentra desarrollada dentro de los
planteamientos del Marketing Mix ecológico, donde el precio, producto, plaza y
promoción son orientados hacia la ecoeficiencia. La promoción de prácticas
ecológicas implica un aumento en costos que se refleja al fin y al cabo en el
precio del producto, aunque en este caso como los precios de los minerales e
hidrocarburos son internacionalmente definidos, el costo lo asume la empresa
finalmente. Sin embargo, es un costo por la sostenibilidad que se expresa de la
siguiente manera.
Precio: Establecido internacionalmente. El boom de los países en
desarrollo como China e India forzó el precio al alza, convirtiendo a los commodities en una inversión atractiva
de alto retorno.
Producto: La fase productiva se basa en estándares ambientales
como el ISO 14001, respetando lo indicado por los organismos fiscalizadores,
los límites máximos permisibles y los estándares de calidad ambiental. Todo
esto sube los costos.
Plaza: Los ambientes donde se practica las actividades extractivas
son vulnerables en muchos casos y afectan a poblaciones dependientes de los
recursos naturales afectados. Por lo tanto, la plaza (mala traducción de place, es decir, lugar) y su tratamiento
ecológico es fundamental para que el producto pueda producirse sosteniblemente
sin paralizaciones por protestas o daños al ecosistema (población, fauna, flora,
atmósfera, paisaje, etc.) que impondrían altos costos posteriores.
Promoción.- El conjunto de publicidad, así como los concursos
desarrollados, suman cuando se trata de promocionar prácticas limpias y de
crear una imagen institucional respetuosa de las comunidades, del medio
ambiente, así como promotora de crecimiento económico, calidad de vida y
desarrollo sostenible.
Incluso la revista destaca entrevistas donde promueve el debate
del desarrollo post-primario, es decir, la producción industrial y la
diversificación económica que el país debe atravesar para no quedarse como un
mero exportador de materias primas.
Interpretación.- El ambientalismo desarrollista es la tendencia
mundial de las empresas –transnacionales principalmente- que han desarrollado
criterios sistemáticos para no verse a sí mismas como portadoras de un ambientalismo
depredacionista.
Ambientalismo depredacionista
Una excusa determinante que utiliza adecuadamente el sector
privado formal es que el ambientalismo nacional-populista ha fracasado porque
el sector extractivo nacional ha generado impactos ambientales desastrosos con
la expansión de la minería informal e ilegal. En primer lugar, por el impacto
ambiental que no repara en nada. Se trata de depredación absoluta. Las clases
pobres, provistas de medios de producción se olvidaron del ambientalismo de las
formas de vida y se lanzaron a acabar la vida con la naturaleza y las
poblaciones para obtener dinero. Mientras las empresas formales son castigadas
y súper-reguladas por el Estado, hasta hace poco tiempo, los informales e
ilegales no tenían problema alguno para destruir la naturaleza, esclavizar
sexualmente a menores de edad, y explotar a sus hermanos en trabajos en
condiciones sanitariamente subhumanas. El paradigma del crecimiento económico
irresponsable e insostenible prima en este ambientalismo depredacionista. Un
caso ejemplar es el de Huepetuhe, en Madre de Dios, Perú.
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Clasificación agregada: Alex Carrillo Díaz - Geografía Aquí y Hoy.
Análisis final
Anthony Bebbington plantea una clasificación con cinco
ambientalismos, los cuales sirven como una adecuada base para una primera
interpretación de la relación del hombre con el ambiente respecto a actividades
extractivas. El aporte que nos deja es que los grupos pueden insertarse en uno
o más ambientalismos, como fingir que pertenecen a algún ambientalismo para
conseguir otros objetivos.
Sin embargo, las categorías de Bebbington contienen
caracterizaciones poco ajustadas que hacen de su clasificación un sistema aun
por ajustar y definir mejor. Por ejemplo, Bebbington cree que el ambientalismo
de justicia socioambiental no busca compensación alguna, es decir que no
transará con los mineros, sino que buscará su paralización. Pero en la
práctica, los grupos que buscan este tipo de justicia socioambiental no se
comportan tal cual, pues no hay contradicción absoluta entre justicia y
producción. Quienes realmente se oponen antagónicamente son los ambientalistas
profundos. Ese es un error. Así como creer que la ZEE y el OT son propios del
ambientalismo de justicia socioambiental cuando podría muy fácilmente ser
propio de todos los ambientalismos.
Por otra parte, la ausencia de los ambientalismos desarrollistas y
depredacionistas hace de su clasificación un cuerpo teórico incompleto pues no
quedaría claro el papel que cumplen los extractivistas en estos asuntos. Los
empresarios no son robots autónomos carentes de consideraciones científico-técnicas-valorativas.
Con todo, es saludable y necesario pensar en estos ambientalismos
para comprender mejor los conflictos socioambientales que se vive en el mundo,
particularmente en la región latinoamericana.
[1]
Bebbington Anthony, Humphreys Denise, “Actores y ambientalismos: Continuidades
& cambios en los conflictos socioambientales en el Perú”. Capítulo del libro
“Minería y territorio en el Perú. Conflictos, resistencias y propuestas en
tiempos de globalización”, pág. 71.
[2]
Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas. Investigador: Huanacuni
Mamani, Fernando. “Buen Vivir / Vivir
Bien. Filosofía, políticas, estrategias y experiencias regionales andinas”
[3] Ibíd.
pp. 88-89.
[4] Programa
Nacional de Tierra y Libertad. Punto 1.1, construcción del buen vivir. vida digna
con justicia social.
[5] Programa
Nacional de Tierra y Libertad. Punto 2.8. Refundación de la República.
Planificación estratégica participativa.
[6] Ciudadanos
por el cambio, “Manifiesto al país: Por el fortalecimiento de la democracia.
Cajamarca puede iniciar la era de un nuevo modelo de desarrollo en el país”, Mayo 2012.
[7] www.ingemmet.gob.pe
[8] www.perupetro.com.pe
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