Inteligencia ecológica y marketing mix contra el CO₂

Lima, 18 de Abril del 2014.-

¿Cómo convencer a la gente que debe cambiar su estilo de vida consumista por uno ecológicamente sostenible? Esa pregunta ha llevado a que las instituciones que luchan por un ecosistema planetario saludable discutan y practiquen nuevas maneras y conceptos de difundir información relacionada con el impacto negativo que el ser humano genera en el medio-ambiente.

Foto 1: Las estrategias de marketing pueden ayudar a la inteligencia ecológica.

Revolución industrial y uso de energías fósiles

El descubrimiento de la máquina a vapor y de las energías fósiles permitió el progreso de la industria, el crecimiento del empleo, del consumo y la intensificación en el uso de los recursos naturales. Sin embargo, como toda novedad, el sistema legal no contemplaba las precauciones que debían tomarse antes de llevar a cabo tal fenómeno productivo, conocido como revolución industrial.

A medida que pasaba el tiempo, el indetenible crecimiento productivo tuvo como consecuencia el progresivo  incremento de emisiones de dióxido de carbono (CO₂). Este gas retiene calor en la atmósfera, elevando la temperatura, por lo que se asocia su papel con el de un invernadero de plantas que conserva calor. A partir de esta relación –incremento de CO₂ , elevación de temperatura-, a lo largo del siglo XX, muchas personas han llamado la atención sobre el grave problema que estamos creando: el calentamiento global por excesiva emisión de CO₂. El siguiente cuadro muestra el incremento de las emisiones de CO₂ desde inicios del siglo XX según el PNUMA.

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Cuadro 1: Emisiones de carbono desde principios del siglo XX hasta el año 2000. 

Detractores del Grupo Intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC)

En 1988, se da inicio al Grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC) a petición de los estados miembros de la ONU. Actualmente, en su portal web,  podemos encontrar información acerca de importantes investigaciones que han realizado, las cuales encuentran detractores científicos como detractores organizacionales.

Los primeros, los detractores científicos, niegan la objetividad y veracidad de las investigaciones realizadas por el IPCC. Afirman que sus conclusiones y correlaciones son falsas o que son malinterpretadas. Un miembro de la comunidad crítica contra el IPCC es Antón Uriarte. Este geógrafo español ha llegado a admitir que el incremento de CO₂ en la atmósfera resultará beneficioso pues el planeta es muy frío (principalmente en las latitudes medias y circumpolares, así como en las zonas muy altas sobre el nivel del mar) por lo tanto no habría de qué preocuparse. Antón Uriarte dice que las actuales 400 partículas por millón (ppm) de CO₂ existentes en la atmósfera no son alarmantes, pues incluso un aumento de 15 veces esta cantidad no trajo consecuencias negativas en el período cámbrico. Para más información revisen su bitácora. En conclusión, según estos críticos, el cambio climático por causas antropogénicas no se dará, así que todos deberían despreocuparse.

Los segundos, quienes han tenido más acogida mediática en los últimos tiempos, son los detractores organizacionales. Ellos no critican la objetividad del IPCC ni los posibles efectos del calentamiento global. En ese sentido, sí temen por lo que pueda pasar en el ecosistema planetario si acaso no se toman medidas correctas de adaptación. La crítica que realizan al IPCC no es por las explicaciones físicas del fenómeno atmosférico, sino por la manera como muestran una visión catastrófica del futuro, en vez de alentar la adaptación. Es decir, es una crítica a la postura del IPCC por su manera negativa de ver el calentamiento global, al no destacar las posibilidades que se abrirían en un nuevo escenario climático ni fomentar la adaptación al mismo. Es decir, según esta postura, el cambio climático es manejable y no sería completamente negativo. Uno de estos críticos es Richard Tol, de la universidad británca de Sussex, quien afirma que el IPCC está empeñado en fomentar la disminución de emisiones de CO₂ cuando esta no es la única solución, pues no es viable económica ni técnicamente. Por el contrario, plantea que el IPCC debe fomentar la adaptación al cambio climático. En conclusión, según estos críticos, el cambio climático por causas antropogénicas sí se dará, así que debemos preocuparnos y adaptarnos al mismo.

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Los puntos amarillos representan las luces prendidas en los países. Es un indicador de tamaño económico así como de huella ecológica.

El objetivo del IPCC y sus aliados: Reducir las emisiones de CO₂

Por lo visto anteriormente podemos deducir que el IPCC busca solucionar el problema del calentamiento global por medio de la reducción de emisiones de carbono a la atmósfera como principal objetivo. Esta postura tiene muchos aliados alrededor del mundo y uno grande es el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés). El WWF organiza cada año un evento mundial –que ellos mismos lo denominan como simbólico- llamado “La hora del planeta”. Este evento promueve que se apague todos los artefactos eléctricos durante una hora a nivel mundial, para difundir y concientizar a la población sobre la importancia del ahorro energético y cuánto carbono puede dejarse de emitir si tan solo no utilizáramos electricidad por una hora al día.

Esta iniciativa cada vez tiene más adeptos y va en la línea del IPCC, vale decir, reducir las emisiones de CO₂. Según las cifras del propio movimiento, la magnitud del evento y sus resultados siguen mejorando. Veamos la línea de tiempo.

Marketing Mix para concientizar

Ante la avalancha de críticas que el movimiento anti-CO₂ podría recibir, la alianza IPCC-WWF podría ser una buena alternativa de marketing mix para afianzar sus posiciones sin que sean desdibujadas la imagen institucional y apariencia de cada una de estas. Mientras el IPCC es un comité de científicos que alarma a la población del calentamiento global por medio de investigaciones científicas, el WWF es una agrupación de concientización que tiene contacto directo con la población y con iniciativas lúdicas, que llaman la atención de una manera más artística y sensible. La división del trabajo permite que la iniciativa conjunta de estas dos instituciones tenga mayor cobertura y acogida.

En ese contexto, el WWF desarrolló este año la hora del planeta teniendo como protagonista principal a un héroe de Marvel quien comprendió que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. “The Amazing Spiderman” fue el héroe que este año 2014, hizo un llamado a salvar al mundo de nuestro enemigo, el calentamiento global, por medio del ahorro de energía, en lo que podría considerarse una estrategia de marketing donde todos los promotores -WWF y creadores de la película- salen ganando:

Inteligencia ecológica contra el CO₂

Daniel Goleman, en su libro Inteligencia Ecológica, destaca que nuestros instintos no han sido desarrollados para luchar contra la contaminación y los agentes adversos que dañan la salud del ecosistema. Por lo tanto, la mejor manera para combatirla es fomentar la educación sobre el tema. Una forma que plantea es siguiendo estos cuatro puntos:

Considerando que la industria del ocio y el entretenimiento presenta mayor alcance mediático, la difusión de una idea puede ser exponencialmente impulsada si se vincula con un personaje sumamente conocido como Spiderman para lograr el punto 4 de Goleman, fomentar el conocimiento de la ecología, pero, en este caso, desde el punto de vista del IPCC-WWF, es decir, impedir la emisión de CO₂. Tú, ¿de qué lado estás?

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Fotografía tomada en la avenida Benavides en Miraflores, Lima-Perú.

Link del video de Spiderman y la hora del Planeta: https://www.youtube.com/watch?v=CCYgVPt4CAg