La Geografía ¿un arma para la guerra? Crítica a Yves Lacoste

16:06

Lima, 04 de febrero del 2014.-

El geógrafo marroquí-francés Yves Lacoste fomentó por todo el mundo su idea, según la cual la geografía debe servir principalmente para la guerra. En esta amena nota les explicamos como pensaba Lacoste y por qué su idea encierra cierta ambigüedad.

[Lea también: "El padre olvidado de los geógrafos críticos: Yves Lacoste"]

La geografía ¿un arma para la guerra? Crítica a Yves Lacoste


Fig. 1: Portada del libro de Yves Lacoste.


“Cuídadosamente «separada de las prácticas políticas y militares, así como de las decisiones económicas», la geografía de los profesores no hace sino disimular «la eficacia temible del instrumento de poder constituido por los análisis espaciales»”.[1]

Así opina Nicolás Ortega Cantero, profesor de geografía humana en la Universidad Autónoma de Madrid, con algunas citas tomadas del conocido geógrafo Yves Lacoste, acerca de la “eficacia temible” de la geografía de los estados mayores, radicalmente distinta a la geografía enseñada en las instituciones educativas oficiales por los profesores.


I.                    ¿Quién es Yves Lacoste?

Yves Lacoste nació en el protectorado francés de Marruecos en 1929 (actualmente Marruecos es un país independiente), estudió geografía en la universidad y llegó a convertirse en profesor emérito de la Universidad Paris VIII, donde fundó un instituto de geopolítica, así como la revista Herodote, la cual no estaba interesada en convertirse en una “seria” revista científica, con un comité científico riguroso, donde se discuta de epistemología y ciencia geográfica metódicamente, sino que buscaba la polémica y la deliberación inmediata, pero más que esto, buscaba resaltar el papel opresor que los países poderosos y los grupos económicos fuertes (empresas transnacionales) ejercen en el mundo por medio del conocimiento geográfico.

La revista Herodote se proponía principalmente ocuparse de «las relaciones entre la teoría y la práctica, de las funciones ideológicas y estratégicas del saber geográfico, de la necesidad política de que el saber pensar el espacio no sea ya privilegio de los estados mayores militares o financieros, sino que pueda ser practicado por los militantes y los ciudadanos»

Su libro más conocido es “La geografía: un arma para la guerra”, donde sustenta la hipótesis indicada. A continuación evaluaremos sus ideas.


II.                  Las geografías de Yves Lacoste

Para Yves Lacoste existe mínimamente tres (3) geografías. La geografía de los profesores, la geografía espectáculo, y la geografía de los Estados mayores.

1.       La geografía de los profesores.- Consiste en la presentación de innumerables datos acerca de las regiones.
2.       La geografía espectáculo.- Consiste en mostrarnos los paisajes del mundo e invitarnos al turismo.

Según Lacoste, estas dos geografías cumplen la función de enmascarar la “verdadera” tarea de la geografía: ser un arma estratégica para el obtener y ejercer el poder político y luchar en la guerra.

3.       La geografía de los Estados mayores.- Consiste en utilizar el avanzado análisis espacial para someter a los países débiles -y a la humanidad en general- por medio de la coerción y el saber económico-militar. Quienes la usan son los países poderosos así como las grandes transnacionales.

“La geografía ha sido ante todo un saber político y militar, y todavía lo es”. “(…) Sirve ante todo para hacer la guerra y para organizar los territorios con objeto de controlar mejor a los hombres sobre los que ejerce su autoridad el aparato estatal”.[2]

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Fig. 2: Esquema teórico de Yves Lacoste acerca de las "geografías"

III.                ¿Todos han sido engañados?

Según Lacoste y sus seguidores, el conocimiento geográfico tiene una importancia estratégica monumental, al punto que se habría creado artificialmente una geografía mediocre para ser dictada en las aulas de clase, con el fin de mantener alejados a la sociedad civil en su conjunto de los métodos más avanzados de la geografía. A estos análisis geográficos útiles y avanzados que utilizan las potencias le denominan "geografía de los estados mayores" y están convencidos que todos somos engañados sistemáticamente por manipuladores de la academia para no evolucionar en nuestra metodología geográfica. Leamos sus palabras:

"Y, junto a la «geografía de los estados mayores», tan antigua como indudablemente «útil» y «eficaz», se encuentra esa otra modalidad de «saber geográfico» que, aparecida solamente a finales del siglo pasado, constituye la denominada «geografía de los profesores». Cuídadosamente «separada de las prácticas políticas y militares, así como de las decisiones económicas», la geografía de los profesores no hace sino disimular «la eficacia temible del instrumento de poder constituido por los análisis espaciales»". (Se ha resaltado en negrita la palabra "cuidadosamente" para que se entienda que el desfase entre la geografía de las aulas y la que practican las potencias es supuestamente orquestado por poderes oscuros y malévolos que desean mantenernos en la ignorancia).


IV.                La solución a la geografía: orientarla a la guerra

La solución que brinda Lacoste al problema del discurso enumerativo de la geografía, repleto de recuentos de lugares, listas de nombres, etc.; no es una solución que no deje dudas. Su solución es: la geografía es un arma para la guerra.

Sin embargo, cabe preguntarnos ¿solo es un arma para la guerra? Claro que no, es más que eso. Incluso, no podríamos estar seguros si la geografía es un arma para la guerra, o si acaso lo son más los "sistemas de información geográficos"[3]. Si por geografía se entiende el sistema teórico acerca del comportamiento espacial de los seres vivos, definitivamente es un arma para la guerra, pero también nos es útil para infinidad de otras cosas diversas que no son guerras, como abrir una tienda de refrescos en una calle calurosa y transitada. La inclinación de Lacoste es una entre muchas: el problema en él es que asume su posición como definitiva y de mayor importancia, cuando no lo es.

Imaginemos que Lacoste tuviese razón y que deberíamos desarrollar el conocimiento geográfico para hacer la guerra ¿Quiénes hacen la guerra? Quienes consideran que pueden ganar una disputa por la fuerza y tienen los medios para realizarla. En definitiva, los países que creen que pueden ganar una guerra son los que hacen la guerra. Entonces, si la geografía es un arma para la guerra, siguiendo a Lacoste, los geógrafos deben orientar sus estudios a las estrategias de guerra, y así, quienes tienen más poder, los países más poderosos y violentos someterán de mejor manera a los débiles. Si el objetivo del autor es acabar con el llamado "imperialismo", virar los estudios geográficos hacia la temática militar probablemente no sea la solución. Quizá sea mejor pensar en una geografía de la paz.


V.                  Geografía: Una ciencia con valores

A los forjadores de Herodote les molestaba “la transformación de un saber estratégico en un discurso apolítico e inútil”. No concebían a la ciencia libre de valores como un beneficio o una virtud, sino como un problema, por lo tanto su consigna fue politizar a la geografía, pero no con conocimiento de ciencias políticas sino con ideología. De esta manera, Herodote apostaba por una ciencia mezclada con valores, algo epistemológicamente incorrecto.

Por último, la asumisión de una postura político-ideológica es un asunto personal, que no debe guardar relación con los métodos científicos, sino veamos el fracaso de las ciencias humanas en la Unión Soviética, donde nadie podía escapar del pensamiento único y dogmático, ni hacer afirmaciones que el régimen consideraba inapropiadas, aun cuando sean verdaderas. Todo esto, por vincular la ciencia con las tiendas políticas.


VI.                Las razones de Yves Lacoste

En el mundo, casi todo tiene una razón de ser, asimismo, la idea de Yves Lacoste y sus seguidores, según la cual un poder oculto nos brindaba conocimiento geográfico burdo, mientras la geografía avanzada era desarrollada por potencias mundiales tenía una razón y se encuentra en la excesiva importancia brindada en Francia a Paul Vidal de la Blache, frente al desprestigio de Eliseé Reclus.

Lacoste critica acertadamente los métodos imprecisos y ambigüos de Vidal de la Blache, que jamás dieron pie al desarrollo de una geografía teórica, y se lamenta del apartamiento de Eliseé Reclus y su análisis.

“Todo ocurre como si hubiera sido útil que se impusiese una forma inútil de pensar el espacio”, dijo Lacoste en el prólogo de la presentación de la revista mencionada. Ese descrédito contra Reclus, asi como las tendencias en el pensamiento de su época, muy próximo a Michel Foucault, probablemente desencadenaron su interesante hipótesis sobre el retraso de la geografía.


VII.              La paradoja soviética: el geógrafo Gerasimov apoyaba a Vidal de la Blache

Paradójicamente, lo que era denunciado en Francia, un país de economía capitalista, como una confabulación imperialista contra el conocimiento científico geográfico, era destacado por la potencia enemiga del imperialismo, la Unión Soviética, en uno de sus máximos exponentes de la geografía: Gerasimov.

“El principio del regionalismo implica que el objeto inicial del estudio y descripción geográficas ha sido siempre una región definida poseedora de una serie de condiciones naturales, de una población y una economía”. (…) “Ninguna otra ciencia podría desarrollar tales tareas  y  en este sentido la geografía monopolizó el campo, lo que hasta cierto punto estimuló su propia coherencia”[4].

Las frases de este autor destacan la idea regionalista de Vidal de la Blache, sin denunciarla como saber mistificador que encubre la geografía como un arma para la guerra. La cosmovisión del geógrafo ruso no lo lleva a tal conclusión. Quizá sea una de las paradojas que en conclusión hagan pensar que la idea de Lacoste, a pesar de tener importantes aclaraciones, también presenta errores y vacíos. En mi opinión, contraria a la de Lacoste, el estado retrasado de la geografía es resultado –entre otras causas- de geógrafos ilusos, que inventan historias inverosímiles sobre poderes ocultos que manipulan la ciencia geográfica, antes que de tales poderes.



Post-Data.: Sobre Gerasimov. Fue Director del Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias de la URSS. Ex-Vicepresidente de la Unión Geográfica Internacional miembro de las Academias de Ciencias de Bulgaria, Hungría y de la República Democrática Alemana y Miembro Honorario de la Sociedad Geográfica de Colombia y  de muchos países.




[1] Ortega Cantero, Nicolás; “La Geografía ¿Discurso inútil o saber estratégico?”, pág. 7
[2] Ibíd., pág. 5
[3] En opinión personal, es preferible denominar a los SIG como “Sistemas de información geo-referenciados” antes que “Sistemas de información geográficos”.
[4] GERASIMOV I.P. “La contribución de la geografía al conocimiento actual”, 1981

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20 comentarios

  1. Con referencia a Latinoamérica, realmente se tiene en cuenta a la geografía o la están.usando sin.saber que lo aplican es geografía

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    1. Hola Loli, gracias por la pregunta. Mi opinión es que en Latinoamérica se práctica mucha Geografía y no se le llama como tal. El problema radica centralmente en la incapacidad del geógrafo para demostrarlo.

      La razón principal es haber hecho caso omiso a los aportes de la escuela teórica (llamada cuantitativa por algunos) donde destaca Peter Haggett, Richard Chorley, William Bunge, y el primer David Harvey, antes de su errado traspaso a una pseudo-teoría crítica geográfica, de la cual seguimos esperando si quiera un aporte.

      La teoría que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX no fue incorporada en Latinoamérica. Esa fue nuestra principal desgracia. Pero podemos salir de este abismo. Debemos estudiar mucho, para proponer un sistema teórico exacto de la geografía, dejarlo caer sobre el conocimiento para así, poco a poco, conocer cuanto puede cubrir. En Europa y Estados Unidos ya lo han hecho. Aquí estamos retrasados.

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  2. En mi opinión las intenciones idealistas de nada sirven sin una acción transformadora y creo que este fue el objeto de Yves Lacoste al proponernos una Geografía de acción, de vanguardia, de estrategias, ya que las teorías no bastan, así las estudiemos mucho y pretendamos que "...un sistema teórico exacto de la geografía, dejarlo caer sobre el conocimiento para así, ...", nada más, porque ya otros países han avanzado en esa onda, como la cuantitativa, no nos serviría de nada si no es aplicada a nuestra realidad cultural, territorial y de conocimiento pertinente de la sociedad en la que vivimos. Recuerdese que ellos transformaron su realidad porque desarrollaron la tecnología; nosotros apenas seguimos extrayendo de la naturaleza sus recursos primarios. Por lo tanto, se requiere, sí, de mucha capacitación consciente, lo cual sólo se logra con una ética profesional y de compromiso político, ya que no estamos aislados ni vivimos solos, sino juntos y en sociedad. Si lo decimos en forma cruda, diriamos como Fernando Savater (Política para Amador. Barcelona: 1994, 9na ed., p.16): "¡no seas idiota!"

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  3. El geógrafo, a decir de Dollfus (1978), no hace otra cosa que estudiar los medios en que se ejercen las técnicas de control del espacio. Pero, para George (1979), “como siempre, la misión del geógrafo es dar una imagen global de la realidad.” (p.110). “La geografía no es una tecnología, sino que es una observación, y las modalidades de la observación deben adaptarse a las particularidades del objeto observado.” (p.114). Igualmente, Pierre George enfatiza que, la geografía sólo puede ser útil a condición de que no sea «aplicada», ya que aplicada se integra a una política: pierde sus posibilidades de crítica y queda por debajo de la decisión. Al ser activa, en cambio, “tanto hace los balances de los desastres como de los éxitos y los potenciales; se mantiene al margen de las posiciones doctrinales y suministra los elementos para poder juzgar las doctrinas por sus obras”. Igualmente, debe practicar la «visión fría»: “No regatea ningún sistema ni se permite ninguna debilidad. Es peligrosa: peligrosa para consigo misma y peligrosa para todos aquellos a quienes ayudaría una complacencia justificadora de la realización de sus hipótesis constructoras, comprendidos tanto los riesgos calculados como los imprevistos.” (p.119).

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    1. pero por qué lo titula así? o porque crees vos qué lo titula asi

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    2. Si te refieres al título del artículo bloger "La Geografía ¿un arma para la guerra? Crítica a Yves Lacoste", pienso que en realidad ya hay un prejuicio, no sé si intencional, es decir si el autor conoce que busca desacreditar la verdadera intención del gran geógrafo Yves Lacoste, o sólo lo interpreta a su manera. Porque, vamos a analizar, por ejemplo, un sólo apartado de sus párrafos, precisamente el que lleva como subtítulo (cito) "La solución a la geografía: orientarla a la guerra":
      “La solución que brinda Lacoste al problema del discurso enumerativo de la geografía, repleto de recuentos de lugares, listas de nombres, etc.; no es una solución que no deje dudas. Su solución es: la geografía es un arma para la guerra".
      En mi opinión no creó que esta haya sido la intención de Lacoste, sino la de desenmascarar, precisamente, a quienes estaban al frente de la divulgación de esta maravillosa disciplina, ya que su conocimiento es liberador si se aprende en esencia el manejo estratégico de la misma, y no sólo su conceptualizad, incluyendo sus métodos, ya que estos también son trabajados por otras ciencias (a excepción del método propio de la Geografía, es decir, la de interrelacionar, correlacionar y sintetizar la localización, distribución e interpretación, incluyendo sus causas, de los hechos en el espacio). En el fondo, el asunto está en cómo se usan tales conocimientos, tanto teóricos como prácticos, y es aquí donde Lacoste nos pone de relieve que los mismos han sido bien aprovechados por las potencias mundiales, sobre todo para explotar, colonizar y apropiarse del espacio geográfico para sus fines, que sabemos bien los han llevado a un desarrollismo de dominación y hegemonía mundial.

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  4. Entonces, cuando el autor del artículo crítico se pregunta, para responderse: "...cabe preguntarnos ¿solo es un arma para la guerra? Claro que no, es más que eso", eso también lo sabemos muy bien. Lo que hay que preguntarse, para profundizar en el tema, es ¿cuál fue su verdadera tarea o misión que se tenía como meta? Para mí, y de ahí el mismo título de su obra, es decir, del libro de Lacoste, no era otra sino ir directo al asunto: develar un conocimiento que ha sido "ocultado" a la mayoría; de cómo se ha usado nuestra disciplina para no sólo explorar, conocer y aprovechar los recursos del espacio geográfico, sino cómo se han apropiado del mismo, cómo se ha organizado el uso, ordenamiento territorial y administración política, económica, social y cultural del ecúmene con fines de controlar el mismo y a quienes habitan, empezando por las sociedades y sus Estados-naciones, a objeto de imponer y mantener su dominación con fines de seguir explotando lo que les es beneficioso y altamente rentable a su modo de producción y vida. Incluso cuando afirma (lo cito de nuevo sobre otro párrafo del apartado traído a colación) que "Incluso, no podríamos estar seguros si la geografía es un arma para la guerra, o si acaso lo son más los «sistemas de información geográficos»." Esto, en sí, es como un desconocimiento del mismo autor, ya que los SIG son usados, como bien lo refiere su composición, como instrumentos de inventario de Data base (cualitativa y cuantitativamente) del espacio geográfico, ya que el instrumento militar en sí de los GIS (Geographic(al) Information System) son, además de los satélites, los GPS o Sistemas de Posicionamiento Global, los cuales sí son usados como "armas de guerra" (fundamentalmente en la vigilancia y/o monitoreo de sus áreas de interés, al igual que de empresas, personas, e incluyendo sus Gobiernos), pero que también sabemos que se usan como herramientas de seguridad, orientación y trabajo en diversas áreas de aprovechamiento multidisciplinarios.

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  5. Está claro que la Geografía (VILA VALENTÍ. véase online en: http://www.ingeba.org/liburua/topake1/vila/Vila.htm ), “no se limita en este caso a una «información», una «comprensión», o una «indagación» sino que pretende informar, comprender o indagar para, de un modo u otro, «actuar» después. Diríamos, incluso, que no se trata sólo de ser útil sino que inicialmente está concebida ya para ser fundamental o exclusivamente aplicada”. Incluso la Geografía toda se ha podido presentar, para estos momentos y hasta hoy día, como una Geografía de profesores. En realidad podría decirse, a mediados de siglo, que la comunidad de geógrafos estaba constituida, en general, por un numeroso grupo de «profesores», que solían realizar en mayor o menor grado una investigación geográfica, y un reducido grupo de «investigadores» puros (VILA VALENTÍ, 1968)

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  6. En esencia, y tal como se refiere en la Presentación del libro, "En sus 150 páginas, y con un tamaño de bolsillo, Yves Lacoste hace un análisis pormenorizado de para qué sirve la Geografía desde el punto de vista de la geografía social", la cual se podría considerar, hoy día, también como una subdisciplina subversiva si vemos cómo se está reflejando desde los ámbitos massmediáticos las manifestaciones de masas que protestan la situación que padecen de exclusión en un mundo globalizado, y cómo se están organizando los grupos y comunidades para hacer frente a la represión e imposiciones -como , por ejemplo, la llamada "Primavera Arabe"- que quieren arrebatarle a la ciudadanía sus derechos conquistados desde hace ya mucho tiempo, a punto no sólo de sudor y lagrimas, sino de sangre y vidas humanas. Gracias por compartir.

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  7. Otra cosa que me llamó la atención: El autor del artículo bloguero, enfatiza una nota personal al final, en la cual dice lo siguiente: “En opinión personal, es preferible denominar a los SIG como “Sistemas de información geo-referenciados”. Por lo tanto, esto no hace más que reafirmar mi opinión analítica sobre su artículo, ya que no creo que cambiándole el nombre a un sistema que se usa para (como ya lo destaqué anteriormente) recopilar, organizar e interpretar una multiplicidad de Data-base en diversos campos de aplicación, deje de ser lo que es: una herramienta para ser usada de manera multidisciplinaria, de acuerdo a su aplicación y/o fines, lo cual implica que no es sólo para georeferenciar (esta aplicación viene de su origen, cuando fue creada. es decir militar, ya que fue creada para localizar, monitorear y controlar, así como eliminar, lo que ha bien se consideraba un peligro, y el caso de la captura y eliminación del terrorista Bin Laden es un buen ejemplo), sino que también se aprovecha para geointerpretar la realidad visualizada, reelaborada y proyectada desde dicho ámbito perceptivo, contando, por supuesto, con un equipo multidisciplinario y bajo tratamiento transdisciplinar. Entonces, pretender encasillar al eminente geógrafo Yves Lacoste –tal como también lo intentaron, e incluso lo excluyeron de sus selectos círculos académicos sus colegas profesores, y del que de hecho, tras ser profesor, se alejó por diferencias ideológicas, al abordar las realidades geográficas desde una perspectiva radical, se sintieron atacados por la postura interpretativa que planteaba el paradigma revolucionario de la geografía marxista (el cual sigue tan vigente como antes, ahora bajo un análisis eminentemente humanista, y también cuali-cuantitativo, como en el caso de las formaciones estructurales de la fenomenología espacial bajo la interpretación de la división social del trabajo y el uso del suelo como el urbano, por ejemplo; ya que se pretendió que también había llegado a su fin con la caída de la URSS, e incluso hasta de la misma ciencia geográfica de manera general, como en el caso de Fukuyama, quien decretó el “Fin de la Historia” para ese entonces), sobre todo ante la tendencia del dominio en torno a las áreas de estudio geográfico, de la llamada “Nueva geografía”, o geografía cuantitativa, que estaba emergiendo en ese momento.
    En este sentido, como lo dije al principio de mis comentarios, la postura del bloguero GEÓGRAFO SIN GEOGRAFÍA es equivocada, ya que no es preguntarse sobre si la Geografía es ¿Un arma para la guerra? Ya que esta, en mi opinión (insisto), no fue la intensión del Lacoste, por lo cual desvía la atención para presentarnos ─véase el Esquema Teórico de Yves Lacosta, que nos presenta el bloguero─ una interpretación sesgada y hasta determinista de la obra del marroquí, cuando crea flujos partiendo de su sólo punto de vista: El Poder Económico-Militar y el limitado –para él, su cuestionado punto de vista, basado en el título de la obra- uso de la Geografía como un Arma para la Guerra (mientras se desarrolla la Geografía de los Grandes Espacios, y se promueve la Geografía Académica –o de los Profesores- y del Espectáculo). Repito, no es esa la revelación que nos deja dicha obra; todo lo contario, es poner al descubierto la trama de posibilidades que tiene nuestra disciplina, partiendo del hecho de que siempre había sido usada fundamentalmente para la guerra (como el Libro del Arte de la Guerra, que ahora es usado para planear estrategias en una diversidad de campos competitivos de la gerencia administrativa, tanto pública como privada), lo que ya de por sí nos presenta su amplia cobertura espacial y su potencialidad como herramienta del conocimiento sobre nuestro hábitat planetario.

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  8. En mi opinión las intenciones idealistas de nada sirven sin una acción transformadora y creo que este fue el objeto de Yves Lacoste al proponernos una Geografía de acción, de vanguardia, de estrategias, ya que las teorías no bastan, así las estudiemos mucho y pretendamos que "...un sistema teórico exacto de la geografía, dejarlo caer sobre el conocimiento para así, ...", nada más, porque ya otros países han avanzado en esa onda, como la cuantitativa, no nos serviría de nada si no es aplicada a nuestra realidad cultural, territorial y de conocimiento pertinente de la sociedad en la que vivimos. Recuérdese que ellos transformaron su realidad porque desarrollaron la tecnología; nosotros apenas seguimos extrayendo de la naturaleza sus recursos primarios. Por lo tanto, se requiere, sí, de mucha capacitación consciente, lo cual sólo se logra con una ética profesional y de compromiso político, ya que no estamos aislados ni vivimos solos, sino juntos y en sociedad. Si lo decimos en forma cruda, diríamos como Savater (1994:16): "¡no seas idiota!".
    La combinación de factores exógenos (neoliberalismo, mundialización, liberalización, predominio del capital sobre el trabajo, privatizaciones, pragmatismo, utilitarismo, desequilibrios territoriales, injusticia social, cambios en la escala de valores, transformaciones culturales, desarrollo de las telecomunicaciones) y endógenos que afectan a la geografía (conservadurismo, asepsia, inocuidad, idealismo, despolitización, escaso compromiso, deficiencias teóricas, abuso de la descripción, ausencia de crítica y autocrítica en muchos lugares, deslumbramiento por la geografía aplicada, alejamiento de la sociedad, profesionalización creciente de la disciplina) tiene una conclusión clara: es quimérico que la sociedad valore nuestra disciplina.

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  9. Parece difícil definir unos métodos que sean propios de la geografía en la movilización de los documentos. Para Pierre George (1979) "La geografía es mucho más una manera de clasificar, de ponderar y de cualificar los resultados brutos obtenidos mediante la aplicación de los métodos elaborados por unas ciencias de carácter más analítico" (p. 37). "Como siempre, la misión del geógrafo es dar una visión general de la realidad" (p. 110). "El mapa es el documento de estudio por excelencia: precede y guía la investigación del terreno Su lectura y «explicación» plantean problemas que sólo el reconocimiento del terreno debe desvelar. Este reconocimiento permite ponderar los signos cartográficos y darles un contenido que por su naturaleza no poseerían. La observación del terreno da a la forma y al símbolo representado en el mapa un valor geográfico al integrarlos en una tipología y en una sistemática geográfica.” (p.24). “Solamente tienen carácter geográfico –refiriéndose a los mapas surgidos de otras áreas, que aunque son útiles para el geógrafo, no por ello son mapas geográficos─ los que expresan unas relaciones, lo cual supone el conocimiento del espacio partiendo de diversos sectores de análisis.” (p.13). “No obstante, el mapa jamás podría eximir de recurrir al mismo conocimiento del terreno, aunque sólo sea debido al hecho de que el mapa da del terreno una imagen estática, mientras que el recorrido directo permite experimentar los elementos de diversidad circunstancial (estaciones) y todas las formas de movimientos”. (…) “El dominio del geógrafo es un conjunto que se intenta captar mediante recorridos múltiples, con itinerarios circulares o cruzados y buscando las perspectivas de conjunto que a menudo suministran la clave de las respetivas localizaciones y de los agrupamientos, haciendo visibles unos fundamentales sistemas de relaciones.”(p.25). (George, 1979. “Los Métodos de la geografía. 2da ed. Barcelona: Oikos-tau. pp. 129).
    El geógrafo, a decir de Dollfus (1978:80), “no hace otra cosa que estudiar los medios en que se ejercen las técnicas de control del espacio”. Pero, para George (1979), “la geografía sólo puede ser útil a condición de que no sea «aplicada», ya que aplicada se integra a una política: pierde sus posibilidades de crítica y queda por debajo de la decisión.” (p.80). Al ser activa, en cambio, “tanto hace los balances de los desastres como de los éxitos y los potenciales; se mantiene al margen de las posiciones doctrinales y suministra los elementos para poder juzgar las doctrinas por sus obras”. Igualmente, debe practicar la «visión fría»: “No regatea ningún sistema ni se permite ninguna debilidad." (p.119).

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  10. El mismo Segrelles (2002. En: “Geografía Humana. Fundamentos, métodos y conceptos”. https://www.academia.edu/33369851/GEOGRAF%C3%8DA_HUMANA_FUNDAMENTOS_M%C3%89TODOS_Y_CONCEPTOS ), trae a colación que: “…es indispensable que la geografía tenga utilidad práctica y sea capaz de resolver problemas, que sus investigaciones beneficien al conjunto de la sociedad y, lo más importante, que los objetos de estudio puedan acceder a los resultados obtenidos”, pero es evidente que la censura que arropa la crítica constructiva en torno a su gestión –como la que hace Lacoste en su obra-, no va dirigida a la Geografía aplicada en sí misma, “sino que la crítica más bien se orienta hacia la falta de libertad y dependencia que soportan los geógrafos que cultivan una geografía aplicada respecto a las instituciones, individuos o grupos, privados y públicos, que encargan los proyectos mediante contratos”.(p.17)
    Y no me digan que la llamada Geografía aplicada no existía en ese entonces, porque no se conocía bajo este término, ya que siempre ha sido aplicada por quienes tienen el poder de aprovecharla. Pero esto no significa que pueda reducirse a un saber utilitarista y pragmático que olvide la formación teórica, el ejercicio de la crítica y una aproximación real y comprometida con las clases sociales más desfavorecidas, que pienso fue el objeto de la obra del geógrafo marroquí: liberarnos del poder del capital, del poder supra de los dueños, autoridades y gobernantes (políticos, económicos, militares, sociales, académicos, científicos, filosóficos y hasta religiosos o doctrinarios, de los gurús y 'profetas') del mundo.

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  11. ¿Qué pretendo con estas citas traídas a colación? Sus detractores justifican sus críticas a Lacoste en virtud de su misma crítica acertada de los métodos imprecisos y ambiguos de la geografía analítica imperante para el momento (la de Vidal de la Blache), que jamás dieron pie al desarrollo de una geografía teórica, que era denunciado en Francia, un país de economía capitalista, como una confabulación imperialista contra el conocimiento científico geográfico, que también era destacado por la potencia enemiga del imperialismo, la Unión Soviética, en uno de sus máximos exponentes de la geografía: Gerasimov (Véase online en mi Blog Estrabón Geográfico y Ambiental: http://estrabongeografico-ambiental.blogspot.com/2019/12/geografia-de-la-union.html )al igual que lo hacen actualmente debido al abandono de esta corriente por sus seguidores. En efecto, ahora si predomina la geografía del espectáculo (sobre todo el de Internet) y la geografía de los Estado mayores, denunciada por Lacoste, al igual que la intolerancia intelectual. Y, todos sabemos lo que pasó con la exURSS.
    Como bien se ha visto, esto ha sido destacado por eminentes geógrafos actuales, pero que traen una amplia experiencia desde la segunda mitad del siglo pasado, haciendo énfasis en que la Geografía no se atiene sólo al manejo cartográfico de las realidades radiografiadas por la elaboración de mapas, la cual es eminentemente una herramienta militar desde sus inicios, sino al aprovechamiento que estas realidades mapeadas geográficamente puedan darnos en función de su manejo acertado, que busque mejorar el uso del espacio local, que nos dé su manejo pertinente, de apropiación apropiada a nuestras realidades, sin tener que esperar que se nos planifique el uso de nuestros propios espacios comunitarios, de aprovechamiento para mejorar nuestra calidad de vida, de autogobierno, en fin, que, para mí, es lo que nos quiso mostrar Lacoste en su invalorable obra: un arma para la guerra contra los intermediarios, contra los especialistas, contra los gestores políticos, contra los facilitadores de la dominación, contra los “conquistadores” del espacio, convirtiéndonos en gestores y administradores de nuestras propias realidades.

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  12. “El debate entre los científicos que defienden la geografía teórica, los que abogan por la geografía aplicada y los que intentan conciliar ambos propósitos es antiguo (George, 1967; Gregor, 1973; Lacoste, 1976) –y continúa, tal como lo vemos en la interpretación que aquí se hace de su aparente postura a favor de nuestra ciencia vista como si sólo fuera eso: “Un Arma para la Guerra”, cuando la intensión del autor de la obra fue la de abrir nuestros ojos, mente y espíritu crítico (nota mía)- y no tiene mayor sentido, dados los ríos de tinta vertidos, exponer ahora las diversas posturas existentes. Sin embargo, conviene precisar que, pese a la oposición desconsiderada de muchos colegas, que asocian sin grandes disquisiciones el hecho de reprobar cierto tipo de geografía aplicada con el cultivo de una geografía crítica o con una ideología de izquierdas, es de sobra conocido que en la filosofía marxista teoría y praxis son conceptos íntima e indisolublemente ligados, constituyendo cada uno de ellos la esencia y la razón de ser del otro. La inclusión de la práctica en la teoría del conocimiento es un gran mérito científico de los clásicos del marxismo (Marx, 1968; Engels, 1980). También Y. Lacoste (1976) señaló que es indispensable que la geografía tenga una utilidad práctica para que no se quede sólo en un discurso ideológico y que resulta inevitable que los geógrafos tengan relaciones con el poder, pero estas relaciones no tienen que ser necesariamente serviles, sino que sería muy saludable que fueran contradictorias e incluso antagónicas en algunos casos. Por su parte, M. Philipponneau (1999), adalid de la geografía aplicada, deja bien claro en su último libro que es absolutamente necesario que la aplicación práctica de la geografía se sustente sobre un sólido basamento teórico”. (p. 165-166. Segrelles S., J. A. (2002).“Luces y sombras de la geografía aplicada”. Documents d’Anàlisi Geogràfica [Revista Electrónica], nº 40, pp. 153-172. Consultada el 9 de diciembre de 2019. Véase online en: https://www.raco.cat/index.php/DocumentsAnalisi/article/download/31762/31596/0 ).

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  13. Téngase en cuenta que no estoy en contra de los cambios de orientación de los pensamientos sobre los límites de la teoría geográfica, por lo que respeto la posición del analista que publica en GEÓGRAFO SIN GEOGRAFÍA. Lo que he intentado traer a colación es el hecho de que la orientación del pensamiento de Yves Lacoste no fue la de desacreditar el método de análisis de la Geografía ni mucho menos reducirlo o encauzarlo por una sola vía (la de ser usada como un arma para la guerra, vista como una opción para las personas o los pueblos, si se quiere, que accedieran a su conocimiento desde una óptica ideologizaste del pensamiento marxista y libertario, que también es válido, pero que se centra en una visión de rebeldía, dejando de lado el carácter científico-técnico o profesional de nuestra disciplina, que sirve a todos los intereses del bienestar humano), al sujetar su interpretación a esta única perspectiva analítica o método de análisis (como la que propone en su Esquema ya aquí discutido). Por el contario, le abrió nuevos horizontes que estaban encasillados por las cosificaciones imperantes en el diseño académico del aprendizaje formacional de los geógrafos para esa época.

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  14. Yves Lacoste subraya, para el caso la «geografía profesional», una situación paradójica de nuestro tiempo: «los medios de comunicación nunca han hablado tanto como ahora de problemas que nosotros, los geógrafos, consideramos como geográficos […] y sin embargo nuestra disciplina se repliega en la enseñanza secundaria», donde la enseñan cada vez más historiadores. Que la opinión de los razonamientos geográficos sea reconocida «implica un verdadero trabajo de reflexión y de investigación que una a geógrafos, periodistas y profesionales de la televisión, pero también a políticos y empresarios […] Es necesario que los geógrafos no se limiten a reflexiones estrictamente científicas como hacen en muchas ocasiones» (Lacoste, 2001; citado en “La geografía profesional en Francia”, Doc. Anàl. Geogr. 39, 2001 105).

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