¿Es posible regionalizar la cultura? (Parte 1/2)

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  Autor: Alex Marcelo Carrillo Díaz. 

Geógrafo.

Imagen tomada de: https://bit.ly/3Kf2u97

En la década de 1970, los geógrafos Peter Gould y Rodney White hicieron un estudio en escuelas de Gran Bretaña donde solicitaron a grupos de jóvenes que tenían entre 16 y 18 años de edad que dibujaran sobre un mapa las áreas más deseables para vivir en su país y las menos deseables. El resultado fue el que te imaginas. Más allá de algunas coincidencias, no hubo alguien que hiciera un dibujo exactamente igual al de otro estudiante. En la misma época, en Estados Unidos, Kevin Cox realizó un estudio semejante con estudiantes de Ohio con resultados iguales (Haggett, 274).

Un geógrafo podría considerar que esto es normal, sin información técnica y solo recurriendo al criterio de la imaginación individual, el garabato de un estudiante tendrá que ser forzosamente distinto al de otro estudiante. Estos estudios han sido catalogados con nombres como “percepción regional” o “geografía de la percepción”, y son considerados como una rama subjetiva o difusa de la geografía. Nadie en esta rama pediría el mínimo nivel de exactitud.

Ahora, si no se tratara de estudiantes, sino de geógrafos profesionales, con información técnica, con ordenadores, cartografía base y todo el bagaje intelectual de la geografía y ciencias auxiliares, pero que no tengan comunicación entre sí y les pidiéramos que dibujen una región cultural sobre un mapa ¿podrían dibujar áreas exactas o casi iguales? Al parecer, los geógrafos no son muy distintos de los estudiantes del estudio. Veamos el porqué.

Regiones = geógrafos2

Peter Haggett, uno de los más destacados geógrafos cuantitativos del siglo XX, nos cuenta que cuando intentaron delimitar la región llamada “Great Plains” en Estados Unidos, se consultó a siete especialistas por los criterios de delimitación. El resultado fue el siguiente.

Área de los Great Plains dibujada por diversos geógrafos (Haggett, 269)

Haggett dijo jocosamente que este resultado parecía afirmar que «el número de límites diferentes para cualquier región es igual al cuadrado del número de geógrafos consultados» (Haggett, 269).

No es el único que afirma lo propio. Hildegardo Córdova nos dice que «la región cultural es la síntesis de la actuación de una cultura en un área fácilmente identificable y delimitable habitada por gente que tiene uno o más rasgos culturales en común. Se puede identificar la región andina, angloamericana, etc. Si bien es fácil identificar la existencia de una región cultural, no ocurre lo mismo para señalar sus límites, salvo en el caso de barreras físicas notables o sistemas políticos cerrados que separan a grupos culturales diferentes. Por eso, el tamaño de una región cultural es una especie de creación arbitraria de los geógrafos, pues no hay dos rasgos culturales que tengan exactamente la misma superposición» (Córdova, 188).

Esta arbitrariedad se asumió como válida y llevó a los geógrafos a dividir una región en zonas según el grado de confianza que garanticen la presencia de los elementos constitutivos de dicha región. En 1965, Donald Meinig sugirió que una región contiene 1) un núcleo o zona central donde la densidad del elemento cultural es notable; 2) dominio, donde el elemento cultural sigue presente pero empieza a perder fuerza; 3) esfera, donde el elemento cultural es minoritario pero aún existe y; 4) bolsa externa, donde técnicamente no existe el elemento cultural o es tan pequeño que resulta despreciable o insignificante (Haggett, 276).

Ante esta situación, quizá lo primero que se deba hacer antes de regionalizar sea aclarar puntualmente el objeto de estudio, en este caso la cultura, una palabra que tiene muchas acepciones y comprende una gran diversidad de temas.

Cultura

Qué es la cultura. Como bien dice Peter Haggett, en el caso de la cultura, es mejor empezar diciendo que no es la cultura. Cultura no es solamente una obra de teatro, una muestra de arte o una exposición de literatura. Tampoco la cultura se restringe a una raza o fenotipo humano en particular. Cultura, siguiendo los argumentos de Marvin Harris, es todo el conocimiento adquirido por contacto social. Toda persona llega al mundo con una naturaleza biológica y psicológica, sobre la cual va construyendo una personalidad específica moldeada por el entorno de personas que la rodea. Desde el jardín de niños, la familia, los amigos del vecindario, la universidad y el trabajo, las personas adquieren usos, costumbres, creencias, valores, formas de hablar y de pensar características de una zona. Para el caso de la geografía, no basta con saber solamente de donde nace la cultura, sino, y quizá más importante, cómo se manifiesta.

La expresión cultural es diversa. Cuando vemos a un europeo en las calles de Perú, lo identificamos rápidamente por muchas razones, su apariencia física, su forma de vestir, de caminar, su mirada, la manera como se comunica, sus gestos. Por ello, resulta conveniente clasificar los aspectos culturales siguiendo el modelo de Julian Huxley, el cual he modificado convenientemente, para separar los aspectos de la cultura bajo tres conceptos: artefactos, sociofactos y mentifactos.

Artefacto: Es la manifestación material de la cultura, como la vestimenta, herramientas, escritura, construcciones. Es el conjunto de bienes materiales que se ha conseguido producir.

Sociofacto: Es el resultado de la organización de los individuos a nivel de normas, pautas y metodologías para relacionarse entre ellos y con su ambiente. El urbanismo que practican, la forma como cuidamos la naturaleza o la contaminamos, la forma como practicamos agricultura, o la costumbre de no hablar con extraños en la calle pueden ser ejemplos de sociofactos. Por ejemplo, mientras los asiáticos conviven con la naturaleza y no talan árboles porque los consideran almas vivas, los habitantes de la selva de Brasil en Rondonia parecen pensar lo contrario. [1]

Mentifacto: Es la expresión mental de la cultura. Aquella que vive en la cabeza de cada individuo y se expresa de algunas formas que no siempre son fáciles de visualizar. Entre estos aspectos tenemos a la moral, sea religiosa o no, los juicios de valor, las aspiraciones.

También tenemos algunos puntos intermedios o híbridos como son la lengua y sus dialectos, a los cuales tenemos acceso al oírlos, o la expresión artística folclórica como la música y los bailes, en los que se combinan dos o más de los aspectos culturales mencionados, sean artefactos, sociofactos y mentifactos.

Geografía cultural

En general, el problema de la regionalización cultural es el mismo que ocurre con cualquier tipo de regionalización. Si no partimos de un análisis, es decir, de la división del concepto de cultura en sus elementos componentes, como lo hicimos usando el modelo de Huxley, encontraremos muchas variables por localizar. Si no las juntamos convenientemente tendremos información muy variada por sintetizar en un mapa.

El otro detalle a tomar en cuenta, es que la cultura es dinámica. La globalización hace que la información se difunda muy rápidamente, atraviese fronteras y cada vez nos parezcamos más a una aldea global. Seguir las pistas de la difusión espacial fue históricamente un trabajo asumido por el geógrafo sueco Torsten Hägerstrand, de quien hablaremos en el próximo artículo.

Conclusión parcial

Antes de regionalizar o dibujar un mapa, no solo debemos tener en cuenta los criterios de regionalización, debemos también aclarar lo más que se pueda el objeto de estudio. La cultura, en este caso, implica un esfuerzo notable de aclaración y de intentos al estilo ensayo-error, hasta conseguir expresiones espaciales menos ambiguas. Por ello, para hacer análisis y encontrar las variables específicas de estudio, primero tenemos que tener un criterio cualitativo muy bien definido. En este caso se sugiere alguna variación al modelo de Huxley, que se explica en la nota al pie de página, con la intención de pensarlo desde otro ángulo, y saber que algunos elementos culturales pueden ser híbridos. La dificultad de regionalizar cada uno de estos elementos variará según su propia naturaleza que lo hace más o menos accesible al geógrafo.

Para finalizar, una vez mencionado estos puntos, necesitamos saber que los estudios de difusión espacial nos pueden ayudar a entender la dinámica regional y lo abordaremos en la siguiente entrada.

¿Qué opinas? Es cierto que los geógrafos no coinciden en su intento de hacer regionalización o no es así.

 

BIBLIOGRAFÍA

Hagget, P. (1994). Geografía. Una síntesis moderna. Ediciones Omega, Barcelona.

Córdova, H. (2019). Naturaleza y Sociedad. Una introducción a la Geografía. Fondo Editorial PUCP.



[1] La definición de artefacto que usan los autores y que uso yo es la misma. Sin embargo, en el caso de sociofacto y mentifacto los defino de una forma diferente. Mientras Haggett (258) considera que el estilo de producción agrícola y el patrón de asentamiento son artefactos, yo los defino como sociofactos, ya que desde mi punto de vista, lo sociofacto es un conjunto de normas, pautas y metodologías convencionales para vivir en sociedad. En cualquier caso, podrían considerarse como ambas cosas, ya que no son excluyentes. Lo ya construido es un artefacto, expresión material de la cultura, pero la forma como se realizan las cosas, el manual de urbanismo por decirlo así, sí sería un sociofacto. De otro lado, defino mentifacto como un aspecto genuinamente mental, no incluyo a la lengua, la magia o las tradiciones artísticas por considerarlas puntos intermedios, ya que se expresan fuera de la mente del individuo.

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