Autor: Alex Marcelo Carrillo Díaz -
Geógrafo.
En la única charla que sostuve acerca de mi artículo anterior, se desprendió que no fui suficientemente claro al intentar redefinir los conceptos de meteorología y climatología. Al parecer, esta tarea exige más que un simple ejercicio conceptual. Por ese motivo, y porque creo en la virtud de esta nueva propuesta, en esta ocasión, presentaré algunos ejemplos prácticos, o una versión más gráfica del tema, para tratar de despejar dudas y malentendidos. No quiero ser el existencialista de la geografía, así que, espero iluminarme y poder brindar ejemplos claros que ayuden a entender este intento de reconceptualización de la meteorología y la climatología.
Imaginemos que somos geógrafos
Imaginemos que hemos estudiado la carrera de geografía en la universidad y alguien dice: “el objetivo principal de la geografía es la elaboración de mapas”. ¿Te sonaría a cumplido o a reggaeton? Estrictamente, no resulta tan descabellado, pero tampoco es exacto. El geógrafo hace mapas, está facultado para ello, pero no es su objetivo principal. Algo parecido podemos decir de la meteorología y el “reporte del tiempo”. Hacer un reporte del tiempo es un trabajo técnico, muy útil e importante, pero insuficiente respecto a lo que es la meteorología, epistemológicamente hablando. La meteorología se enfoca en estudiar los diversos tipos de fenómenos atmosféricos, desde su origen, desarrollo, evolución y extinción. La meteorología estudia las condiciones físicas necesarias para que se desarrolle un evento atmosférico, por ejemplo:
1. Entender que es la atmósfera; de que gases está compuesta según su altitud.
2. Entender la radiación solar como un factor energético, luminoso y térmico, lo cual da lugar a fenómenos visibles y también a corrientes de aire (viento).
3. Entender la presión atmosférica, es decir, el peso de la atmósfera en un punto determinado del globo terrestre. El viento viaja desde las zonas donde la atmósfera es más pesada (mayor presión) hacia las zonas donde la atmósfera es menos pesada (baja presión). Este aspecto es básico para entender los huracanes.
4. Entender el comportamiento de las nubes, los tipos de nubes, como precipitan, sea en forma de lluvia, nieve u otro tipo. Entender también sobre rayos y relámpagos, etcétera.
5. Entender la humedad atmosférica, por qué surge. Se trate de aire húmedo o seco, es decir, si hay existencia o inexistencia de humedad.
Estos temas de estudio, como verán, son de naturaleza física. La correcta interpretación de la meteorología y el entendimiento de como funciona nuestra atmósfera implica ser un mini-Newton. Un meteorólogo se puede desempeñar realizando un pronóstico del tiempo pero eso no agota su objeto de estudio, que puede tener otras aplicaciones.
El reporte del tiempo
Si el reporte del tiempo no es lo central de la meteorología pues como ciencia es más que un reporte, entonces, ¿deberíamos llamarle tiempo meteorológico? Pienso que no. Quizá, para evitar errores sea más preciso llamarle tiempo atmosférico. En el trabajo anterior indiqué, osadamente, que a este reporte se le podría llamar tiempo climático o momento climático, pero esta sugerencia suscitará resistencia inmediata, ya que generalmente entendemos el concepto de clima como una estadística de mediciones del tiempo por aproximadamente 25 años, siguiendo la definición clásica. Hablar de tiempo climático, para nuestra generación, sería como hablar de relatividad a personas del siglo XVI. Pero no seamos fatalistas, acaso pueda tener un poco de acogida el término.
Clima
Si aceptamos que la meteorología estudia los eventos o fenómenos atmosféricos valiéndose de la física, ahora debemos preguntarnos ¿qué sería el clima y la climatología? Citándome, el clima sería “la expresión de los fenómenos meteorológicos en un lugar determinado y para un fin específico”. Aterricemos este concepto genérico. En cada lugar, tenemos una forma determinada como se manifiesta la radiación solar, la temperatura, la presión atmósferica, el viento, los huracanes, las nubes, la precipitación, los rayos, los truenos, la humedad, etc. El clima, entonces, sería la territorialización de la meteorología ¿de acuerdo? Bien, pero no solo puede ser eso, ¿o acaso hablar de clima solo es decir si aquí hay huracanes o llueve? Se necesita añadir algo más para que el término clima calce con el uso que la sociedad le da.
El clima se construye en torno a “un fin específico”. Es decir, se necesita de un criterio, de una aplicación. Como hizo Koeppen en su clasificación, al hablar de clima seco y clima húmedo nos tenemos que preguntar ¿para quien es seco o húmedo? Seguramente para los seres humanos. Para un cactus, ¿el desierto es seco? Lo húmedo para un cactus, sería lo más cercano al infierno para un cocodrilo, y viceversa. Al hablar de clima estamos condensando el conjunto del saber meteorológico acerca de un lugar y para un fin determinado, generalmente humano, pero esta clasificación puede ser más compleja también, como la que hizo Javier Pulgar Vidal.
Las ocho regiones de Pulgar Vidal
La clasificación regional de Pulgar Vidal es un enigma para la intelectualidad universitaria. En una conferencia en la facultad de Biología de la Universidad San Marcos en Lima, los biólogos decían que no podían usar la clasificación de Pulgar Vidal en sus investigaciones porque era muy orientada hacia fines humanos o sociales. Cuando uno visita el campo, sin embargo, se da cuenta que no solamente es una clasificación humana, es más bien, paisajística y vivencial, o si se quiere, socionatural. El entorno visual que te rodea como la sensación “climática” es muy característica en cada una de sus ocho regiones. Desde las plantas y cultivos, hasta la temperatura y la sensación al respirar, cada región pareciera estar bien definida.
Estas regiones de Pulgar Vidal no sirven a los biólogos que estudian especies vegetales, de insectos o de animales, debido a la diferencia de escala y de fines que persigue. Para un biólogo, incluso factores menores que los utilizados por Pulgar Vidal, son “relevantes”. Y a ello iremos a continuación.
Microclima o la relevancia del accidente geográfico
Deseaba esperar un poco para definir lo que es un accidente geográfico pero me veo en la necesidad de decirlo ahora (este asunto pudo ser digno de un artículo independiente). A diferencia de lo que se piensa de un accidente geográfico como unidad geomorfológica, en mi opinión, un accidente geográfico es cualquier entidad material que se encuentra ubicada en algún lugar. Es decir, todo lo que existe y ocupa un lugar en el espacio es un accidente geográfico.
A mi modo de ver, esta palabra accidente resulta muy útil ya que se puede usar en los casos donde no interesa saber el porqué de una localización de algo, simplemente la das por hecha, como existente, como una contingencia que allí está, y punto. Para el clima de la costa peruana, los vientos húmedos de la corriente de Humboldt son fundamentales debido a que el mar es adyacente al territorio peruano. Ese “accidente”, hace que el clima sea de una forma determinada, pero, no es el único “accidente”. También está la cordillera de los Andes y otros más. Accidentamente, ese lugar esta rodeado de esa manera y eso le imprime una originalidad atmosférica, ya que los accidentes geográficos relevantes hacen que los eventos atmosféricos (meteorológicos) se vean impedidos, potenciados o disminuidos de manifestarse. La cordillera de los Andes, por ejemplo, es una barrera para el paso de las nubes que precipitan en la selva, por eso la costa es desértica en Perú.
Pero podemos ir a otras escalas también. Los edificios y las construcciones pueden ser una barrera al viento, creando olas de calor que hacen una ciudad insoportablemente caliente. Lo mismo ocurre con el smog. Incluso, las hojas de un árbol pueden ser sombra que impide que la radiación solar llega a un suelo húmedo en el bosque donde proliferan comunidades de hormigas. En estos casos hablamos, acertadamente, de microclimas. Por eso hacía referencia en el artículo anterior a la relevancia del accidente geográfico. Esta relevancia es variable, quizá las hojas de un árbol no bastan para nuestra percepción climática diaria como seres humanos pero para las hormigas lo son todo, y su existencia dependerá de eso.
“El componente fundamental, básico, para determinar y definir al clima sería la localización. La localización absoluta, es decir, la localización respecto al sol o latitud, y de otra parte la localización relativa respecto de accidentes geográficos relevantes” (Carrillo, 2022).
Meteorología, Climatología y tiempo atmosféricos
La necesidad de modificar los conceptos de meteorología, climatología y tiempo atmosférico radica en hacer compatibles tanto el lenguaje científico como el lenguaje popular. No por moda o ideología, por necesidad. En esta oportunidad, planteo que los científicos están equivocados y trato de sugerir una idea surgida desde la concepción popular aunque con varias especificaciones que le den validez lógica a la propuesta conceptual. No se trata de retroceder a lo vulgar, sino de equilibrar lo científico con lo popular, solo porque parece que en este caso si es necesario.
La meteorología sería el estudio físico de los fenómenos atmosféricos en toda su complejidad, lo climatológico sería el estudio meteorológico más los accidentes geográficos relevantes y más la utilidad que persigue, y el tiempo atmosférico sería un reporte técnico de un momento dado de las variables físicas de la atmósfera para una población.
- Meteorología = Física de la atmósfera
- Climatología = Física de la atmósfera + Accidentes geográficos relevantes + Utilidad o criterio específicos
- Tiempo atmosférico = Reporte técnico de las variables físicas atmosféricas + utilidad o criterio
No digo que tenga la razón, pero me gustaría saber qué piensa la comunidad sobre esta propuesta, si están a favor o en contra, y conocer, asimismo, sus argumentos.
BIBLIOGRAFÍA
Carrillo A. (2022). “El clima está loco”. Una nueva definición de meteorología y climatología, ungeografosingeografia.blogspot.com – link: https://bit.ly/3x1ZZSL