Sobre la disparidad epistemológica de la geografía - Respuesta al Geography Quiz

8:45


Buenos Aires.- 02 de Agosto del 2014

Lic. Beatriz Giazzon
giazzon@nortech.com.ar

Ante todo me conmovió tu nombre de blog "un geógrafo sin geografía" y es porque lamentablemente cada vez hay más frustrados "sociólogos" que geógrafos que no pueden combinar los conceptos y fundamentos de la ciencia geográfica con las sociedades constructoras de espacios. Te mando mi postura para que no te sientas tan "sólo" en la tuya.

La “disparidad epistemológica” no es uno de los principales problemas de la enseñanza de la Geografía y quiero fundamentar mi postura. Desde sus orígenes la Geografía se ha preocupado por estudiar las estrechas relaciones entre la sociedad y la naturaleza; sin embargo, en las últimas décadas los cambios acelerados, la renovación tecnológica y la instantaneidad de la información han transformado en forma radical esos vínculos los cuales, hoy día, se manifiestan en complejas tramas de redes y flujos. En este contexto, surge una serie de problemáticas socio-espaciales que demandan soluciones específicas. Se plantean, entonces, interrogantes tales como: ¿cuál es la incidencia de los cambios globales en la Ciencia Geográfica?, ¿adquiere ésta un nuevo protagonismo o se diluye en el conjunto de las Ciencias Sociales?, ¿cuál es el nuevo papel del geógrafo?, ¿qué formación debe tener el futuro profesional para enfrentar estos requerimientos?

Por otra parte, los estudios geográficos se enmarcan en líneas de pensamiento sustentadas en los diversos enfoques filosóficos que coexisten en la que proporcionan las pautas referenciales indispensables para percibir e interpretar la realidad desde diferentes puntos de vista. Conocer dichas corrientes facilita asumir, de forma explícita o implícita, los modos de encarar las investigaciones y abordar problemas específicos con los marcos conceptuales, las técnicas y los métodos propios de cada perspectiva. De allí la importancia de la comprensión de estos enfoques en la formación del geógrafo.

El objeto principal de estudio de la Geografía versa sobre los conceptos de espacio y territorio, entendidos desde los principales enfoques epistemológicos de la Geografía, es decir, como la suma del espacio kantiano, del espacio de vida, del espacio productivo, del espacio geográfico y del espacio vivido. Se toma en consecuencia el territorio como elemento de base para el estudio del espacio, con sus distintos aportes. La emergencia de territorios y territorialidades, en donde el saber específico tenga cabida como la expresión innata de la vocación de una disciplina al servicio de la sociedad, han encontrado en la geografía un amplio y crítico campo de acción que debe ser repensado.

El renacer del espacio como la categoría epistemológica de análisis fundamental, nos ha abierto las puertas hacia la producción de innumerables conocimientos, que tratan de comprender la realidad social desde la propia génesis de su existencia. Teorías, métodos y contextos han sido la materia prima de tales iniciativas que, bajo el influjo de construye y reconstruyen las que hoy por hoy dinamizan el mundo. La importancia que tiene el conjunto de estos nuevos saberes surgidos alrededor de la disciplina geográfica y con mucha mas fuerza en América Latina desde el ámbito académico e intelectual, se han venido convirtiendo en una gran aporte para la reconfiguración del cuerpo teórico y metodológico hasta ahora existente, en aras de consolidar una geografía latinoamericana que reflejen el propio sentido del espacio vivido.

 Pero el fenómeno más interesante es, al igual que ha ocurrido en la historia, la emergencia de una geografía social. Paralelamente al desarrollo de la sociología, desde la escuela durkheimiana hasta nuestros días, los geógrafos se han visto llevados, de agrado o por fuerza, a interrogarse acerca del lugar de las realidades sociales en su disciplina. Renée Rochefort observa que "la importancia de los hechos sociales, de la realidad social, es cada vez más preponderante en la red de las explicaciones que dan cuenta de los paisajes terrestres y de las interconexiones espaciales que son el objeto mismo de la geografía".

Anne Buttimer hace notar que "no es preciso abandonar nuestras concepciones monolíticas del espacio geográfico; debemos darnos cuenta de que el espacio tiene una significación diferente para cada agrupamiento humano". Incluso se podría añadir que una significación es diferente para cada clase social de un mismo agrupamiento humano; Armand Frémont ha ilustrado bien esta afirmación mostrando que los límites y el contenido de una región cambian para los individuos en función del lugar que ocupan en la sociedad. Robert Dickinson propone que se considere a la región como una "unidad social". Pierre George afirma que "las relaciones sociales son, a la vez, la base de todo sistema económico y el efecto de mecanismos económicos" y desarrolla estas ideas en varios trabajos.

Varias tesis de geografía regional de los años 60 han reservado un lugar importante, incluso un lugar dominante, al análisis de las relaciones sociales. Entonces, "¿No se realizan en grupo todas las actividades humanas? ¿Cómo, pues, podría haber una geografía humana que no fuera necesariamente una geografía social?". En el marco de una geografía social, las ambigüedades que pesan sobre la geografía se vuelven a encontrar con facilidad; Anne Buttimer considera que "para un geógrafo el espacio social debe, pues, incluir dos elementos: a) el elemento subjetivo, a saber, los agrupamientos humanos, y b) el elemento objetivo, es decir, el medio". De la idea de unidad se pasa sencillamente a la idea de la vocación sintética de la geografía: "Los dos éxitos más específicos de la geografía: el sentido de la dimensión espacial y el de la síntesis". (Gilbert Maistre)."Disciplina de síntesis, la geografía es ambiciosa..." (Jean Dresch).Ambiciosa, y cuánto, puesto que "el objeto no consiste únicamente en construir una disciplina analítica autónoma, sino en intentar utilizar varias formas analíticas nuevas para construir una síntesis integral" (AnneButtimer).

"Lo propio de la investigación geográfica consiste en tomar en consideración simultáneamente un gran número de caracteres cuya combinación define precisamente un sistema espacial". En estas condiciones, el geógrafo se ve impelido a interesarse por una masa de cosas: "La geografía tiene por objeto el conocimiento de las relaciones que, en un momento dado, condicionan la vida y las relaciones de los grupos humanos. Estas relaciones ponen en juego elementos y actos de esencia múltiple tan diferentes como la presencia de granito o la de una frontera" (Pierre George). Más allá de los rasgos materiales del género de vida, la geografía capta una última fuente de diferencias: el tesoro de los valores espirituales propios de cada grupo. Estos valores, religiosos, estéticos, filosóficos, debemos considerarlos desde un ángulo geográfico, y deducir de ellos una geografía de las civilizaciones". (Max Sorre)

Hay dos maneras de concebir la pluridisciplinariedad. La primera consiste para un investigador aislado, en interesarse por las disciplinas cercanas a fin de extraer los elementos útiles para sus intereses, lo cual desemboca en una ampliación de sus perspectivas. La segunda manera consiste en reunir un equipo cuyos miembros provengan de diversos campos, y hacerles trabajar sobre un tema determinado: el riesgo es entonces que cada uno de los miembros del equipo trabaje según sus métodos habituales; el resultado no puede ser más que una yuxtaposición de monografías cuyo único punto en común es, por ejemplo, que se apliquen en un mismo espacio. Aparentemente, para estudiar las relaciones entre el medio natural y las sociedades, puesto que tal es uno de los objetos más comúnmente asignados a la geografía, es indispensable poseer un sólido conocimiento del medio aunque sean suficientes solo unos vagos conocimientos de economía. En lo que respecta a la geografía, el debate sigue tan de actualidad como hace veinte o treinta años. Prueba de ello son estas dos tomas de posición que procedende dos artículos aparecidos a comienzos de 1972. Por un lado, François Taillefer defiende la idea de la geografía global: "Seguimos estando en presencia de un todo, el medio, el entorno definido con referencia al hombre y a su acción, sin que se pueda a prior¡ dar más valor a uno u otro de sus elementos. Este medio global definido con referencia al hombre es precisamente el paisaje".

Por otra parte, Roger Brunet manifiesta sus reservas frente a este tipo de actitud: "Decir que el geógrafo trata de conocer todo en un espacio dado, comporta por lo menos dos clases de error. Por una parte, perpetúa una pretensión de enciclopedismo, de acumulación de hechos por sí misma, lo que es contrario a una actitud científica. Acumular hechos no seleccionados, sin saber previamente si tendrán interés, para reflexionar después sobre los resultados es una actitud común... Es el resultado extremo del método empírico". El conocimiento empírico sigue siendo tan necesario hoy como en su momento lo fue para nuestros antepasados más remotos, sólo que en lugar de una experiencia en gran medida dependiente del azar se ha transformado en una instancia del conocimiento científico que debe estar guiado, o tamizado, por los objetivos que perseguimos. “El espacio geográfico debe considerarse como un conjunto indisociable en el que participan, por un lado, cierta combinación de objetos geográficos, objetos naturales y objetos sociales y, por el otro, la vida que los colma; es decir, la sociedad en movimiento”. (Milton Santos, 1991, p.26)

La principal reflexión que surge del mosaico de enfoques, movimientos y corrientes de pensamiento en geografía es que están orientados epistemológicamente por lo que Kuhn define como el contexto de investigación y el reemplazo de un paradigma por otro. La discusión no es tan sencilla en el plano de los modelos científicos, sino que son igualmente dinámicos, como lo son los contextos sociales e históricos. La evolución reciente del pensamiento geográfico, por su diversidad y complejidad, plantea dudas en cuanto a la valides absoluta de la propuesta de Kuhn. Diversos geógrafos (y otros intelectuales) están más inclinados a aceptar la propuesta elaborada por Lakatos (1977), que admite la COEXISTENCIA Y LA COMPETENCIA ENTRE PARADIGMAS EXPLICATIVOS DIFERENTES. Según Milton Santos, geógrafo radical, el principal desafío de nuestra disciplina ha sido y es entender la complejidad de la organización del espacio geográfico y su materialización en el territorio. ES PRECISO ACEPTAR QUE NO EXISTEN RECETAS ESTABLECIDAS PARA TODO EL UNIVERSO SOCIAL-ESPACIAL, SINO MÁS BIEN METODOLOGÍAS Y RESIGNIFICACIONES CONCEPTUALES QUE SE PUEDEN ADAPTAR A NUESTRO OBJETIVO CENTRAL, LA COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD SOCIAL Y SU EXPRESIÓN EN EL ESPACIO GEOGRÁFICO. En síntesis: NO hay sociedad sin un espacio que le sirva de soporte. (Claval, 199, p.177).

El estudio del espacio geográfico expresa a la vez la característica del proceso social que lo crea y recrea, y las características inherentes a la naturaleza intrínseca de la superficie terrestre en la que se instala, que no es un elemento inerte, soporte de la sociedad, sino un agente que acciona y reacciona sobre la sociedad que lo modifica. En suma, la originalidad de los espacios geográficos, cualquiera sea su escala, resulta de la naturaleza de los procesos espacio-temporales, sincrónicos y diacrónicos, que en él se localizan. A propósito, insistimos una vez más la necesidad de no olvidar que la sociedad obra sobre una Naturaleza que no es inerte, que tiene su propia dinámica y plantea constantes desafíos. Ignorarlo puede llevar a cometer grandes desatinos que conspiren contra la supervivencia de los seres humanos. Ej. La problemática de escala planetaria como es el CAMBIO CLIMÁTICO.

 Lic. Beatriz Giazzon

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