Espacio público entre la formalidad y la informalidad - Caso en Santiago de Surco
19:28
Lima.- 22 de Agosto del 2014
El espacio público cumple muchas funciones en una sociedad,
una de las cuales es dar soporte para el desarrollo de la cohesión social. ¿De
qué manera el espacio público y su correspondiente ubicación pueden cumplir ese
papel? Lo revisaremos con este caso en el distrito de Santiago de Surco al sur
de Lima metropolitana - Perú, donde tres poblaciones en zonas marcadamente
diferenciadas por características socioeconómicas, espaciales y paisajísticas
tienden a desarrollar una identidad común bajo el influjo de la localización
del espacio público y recreativo.
Las relaciones entre formalidad e informalidad son características
del asentamiento en los países latinoamericanos.
Espacio público: Parques y espacios de recreo
La ciudad de Lima, juntamente con Caracas en Latinoamérica, presenta
la mayor superficie relativa de su territorio con asentamientos residenciales de
tipo informal por causa de la invasión directa del terreno, a decir del
sociólogo Julio Calderón, especialista en “crecimiento informal de las ciudades
latinoamericanas”.
Este tipo de crecimiento se caracteriza por su ubicación en
lugares marginales, donde las inmobiliarias ni los grandes grupos de poder
económico han tenido presencia. Otra característica importante es que en el
caso de Lima y Caracas, la población que se organizó para apropiarse de los
terrenos era la que posteriormente habitaría los mismos. Es una práctica muy
distinta a la invasión 2.0 que vive hoy la ciudad capital del Perú, donde
mafias traficantes de terreno se encargan de organizar la invasión y vender los
terrenos, sean privados o del Estado, a terceros que los habitarán
posteriormente.
Esta práctica de invadir terrenos hizo muy difícil o casi
imposible el planeamiento urbanístico convencional, de modo tal que el diseño
de las calles se realizaba con criterios improvisados, meramente empíricos y
a-estéticos, donde primaba la acción de darle terreno a la mayor cantidad de
gente que lo necesitara, sea por fines de misericordia o lucrativos.
Trátese de la invasión 1.0, donde la gente llegaba en masa a residir los arenales y los cerros, o la invasión 2.0 donde los traficantes están en las afueras de las metrópoli y en las faldas de las lomas vegetales, el criterio predominante es el mismo: ocupar el máximo de terreno con viviendas a ras del suelo.
Trátese de la invasión 1.0, donde la gente llegaba en masa a residir los arenales y los cerros, o la invasión 2.0 donde los traficantes están en las afueras de las metrópoli y en las faldas de las lomas vegetales, el criterio predominante es el mismo: ocupar el máximo de terreno con viviendas a ras del suelo.
Esta práctica tiene un primer gran problema, que es el que
acabamos de mencionar. Al ser invasiones, cada familia debe tener un espacio
ligado o enraizado al suelo puesto que están habitando espacios que no tienen
infraestructura. Mientras las inmobiliarias actualmente aprovechan
eficientemente el espacio construyendo edificios y/o condominios, los invasores
se expanden como “mancha de aceite”: a ras del piso. En caso los invasores contasen
con dinero y recursos para levantar sus propios edificios y condominios, no los
invertirían en construcción pues la ilegalidad de sus terrenos no les da
seguridad jurídica y corren el riesgo de ser desalojados en cualquier momento,
tal y como lo planteó el instituto Libertad y democracia en la década de 1980.
Por eso predominan las chozas o las casas con material prefabricado aun cuando
sean familias con recursos económicos. Ese tipo de condición marca el tipo de
asentamiento “extensivo”, utilizando una analogía espacial con el caso de la
agricultura: crecimiento horizontal, en 2D, a lo largo y ancho, pero no a lo alto.
Esta dinámica marcó una gran diferencia entre el espacio
público de las zonas con origen formal y las que presentan origen informal. En
las zonas informales existe una carencia pandémica de áreas verdes y/o
recreacionales. Este aspecto se presenta de igual manera en Santiago de Surco,
un distrito limeño donde conviven asentamientos con ambos tipos de origen.
Los espacios públicos en la formalidad e informalidad
El distrito de Surco es uno de los que presenta mayor
cantidad de parques dentro de Lima metropolitana. En la siguiente imagen
satelital LandSat-8-OLI de marzo del 2014 podemos comprobarlo.
[CLICK PARA MAXIMIZAR]
Mapa elaborado a partir de la vectorización realizada en ENVI 5.1. Se utilizó el Índice normalizado de vegetación para su cálculo. El dato poblacional es del INEI 2014.
[CLICK PARA MAXIMIZAR]
Imagen LandSat 8 Oli Lima, Marzo 2014. Utilizada para obtener la vegetación por medio del NDVI. Los parámetros fueron 0.15 - 1. La vegetación está en color verde intenso. Nótese que a sur de Lima Metropolitana hay más vegetación.
Ahora compararemos las áreas correspondientes a los parques
y espacios de recreo entre la urbanización Honor y Lealtad con los
asentamientos humanos Viñedos y Rodrigo Franco.
Las zonas de color verde representan la vegetación. Principalmente se encuentra en las zonas formales. Por la escala no se aprecia ninguna zona verde en Viñedos o Rodrigo Franco. ¿Dónde quedó la ecología de los pobres?
La falta de áreas de recreo y deporte en los asentamientos
humanos sería la principal razón por la que su población joven se
conectaría con el espacio púbico de la urbanización formal, donde los lazos amicales y en general las relaciones sociales se afianzarían por medio del juego, principalmente el fútbol, en segundo lugar el voley con la poblacional juvenil de la urbanización. Ante esta situación han surgido una serie de hechos y problemas sociales que han seguido diferente derrotero, de los cuales algunos
se han solucionado o son insignificantes mientras que otros permanecen vigentes o en potencia.
Segregación espacial
La segregación espacial es el acto de separar o apartar algo
de otras cosas. En el caso sociocultural, consiste en repeler y, en muchos
casos marginar, deliberada o casualmente, a una población por algún motivo. En el
área de estudio, se ha practicado algún tipo de segregación espacial, donde la
urbanización formal cierra el tránsito a la población en general por medio de
la colocación de rejas u oculta el paisaje con árboles para no observar el
horizonte residencial informal.
Segregación espacial por medio de la colocación de árboles, en este caso se trata del Ficus y de rejas.
El paisaje que no desean ver los pobladores de la urb. formal. La razón por la que colocaron esa barrera de árboles.
La perspectiva de la urb. Honor y Lealtad. Prefieren evitar la invasión.
La municipalidad cortó algunos árboles en la zona, lo cual disgustó a los vecinos.
Viñedos. El "ecotono" o zona límite con Honor y Lealtad.
¿Parche de paisaje? No. Calle en Rodrigo Franco que conecta Honor y Lealtad con la carretera Panamericana Sur, camino a San Juan de Miraflores. Hasta hace poco solamente era afirmada.
Parque en Honor y Lealtad, a pocos metros del inicio de Rodrigo Franco. Nótese las claras diferencias en el paisaje.
Localización de las áreas de recreo
La localización de las áreas de recreo fueron la principal
razón de la integración y desarrollo de la cohesión social entre los niños y
jóvenes de las urbanizaciones formales e informales. A finales de la década de
1980 se dieron lugar las invasiones de Rodrigo Franco y Viñedos, donde ambas
reservaron un espacio para una loza deportiva. En la actualidad, ese espacio
deportivo ha desaparecido en Rodrigo Franco, pero se mantiene en Viñedos. Sin
embargo, el espacio deportivo de Honor y Lealtad presentaba mejores condiciones
que terminarían atrayendo a los niños y jóvenes de los barrios informales.
Mapa de Flujos. La población joven de Honor y Lealtad entró en contacto con los menores de Viñedos y Rodrigo Franco gracias al deporte.
Los cuatro rectángulos corresponden a las cuatro losas deportivas en Honor y Lealtad a las faldas del cerro. Imagen satelital Astrid 2014.
Vista del parque y el cerro desde Honor y Lealtad. En las faldas del cerro están las losas deportivas.
Vista del Cerro desde atrás, entre Rodrigo Franco y San Juan de Miraflores.
La vida al otro lado del cerro.
La principal razón del atractivo de la zona deportiva de
Honor y Lealtad es que cuenta con 4 losas deportivas a las faldas de un cerro
arenoso. Esto permite que haya mayor probabilidad de encontrar una losa libre,
aun cuando tres de estas se encontrasen ocupadas. Además la pelota suele no
irse muy lejos, ya que el cerro sirve como barrera, lo cual refuerza el poder
del espacio para ser idóneo a la práctica del fútbol en losa, también llamado
fulbito en Perú.
Desde 1990 hasta el año 2005 aproximadamente, las losas de
Honor y Lealtad eran gratuitas, lo cual facilitaba el acceso al recinto
deportivo-recreacional a personas de diferente origen residencial. Por ello, la
población menor de las urbanizaciones informales, a la búsqueda de espacios
propicios para el juego y el recreo, encontró las losas deportivas de Honor y
Lealtad. Por medio del deporte, este grupo social entró en contacto con los
menores de la urbanización formal dando lugar a lazos de compañerismo y amistad
que perviven hoy y que se expresan de diferente manera; por ejemplo por medio
de nuevas y/o mejores oportunidades laborales, nuevas relaciones sociales e
importantes contactos, así como un espíritu de identidad barrial que engloba
estos territorios. A pesar de estar diferenciados por la economía, las barrera
al tránsito y el paisaje, estos jóvenes están unidos desde el punto de vista de
la identidad cultural-amical, que en general le da cierto tipo de identidad
territorial, la cual varía según el grado de cohesión que cada individuo haya
desarrollado respecto a una urbanización o asentamiento vecino.
Los problemas de la relación amical
A pesar de los buenos efectos que tuvo el contacto entre
algunos miembros de estas tres urbanizaciones, donde los valores liberales se
transmitían hacia los menores de las urbes informales, también se dio el
fenómeno inverso, donde la juventud de Honor y Lealtad se sumó a las pandillas,
a las barras bravas, al consumo de drogas y la delincuencia en general. Parte
de este hecho surgió por los aspectos explicados en otro artículo publicado
respecto a los espacios del cultivo de la delincuencia.
[Léase artículo sobre la delincuencia]
En ese sentido, el número de jóvenes corrompidos por la
ideología delincuencial es importante y ha traído muchos problemas a las
familias de Honor y Lealtad, que en su mayoría son familias policiales. La
barra principal pertenece al club Universitario de deportes y se hacen llamar
“El Aguante”. Incluso, a inicios de la década del 2000, mataron a uno de sus
líderes llamado Aaron con arma blanca, quien era un joven de 24 años que
residía en Honor y Lealtad, pero que lideraba a un alto número de pandilleros
de Viñedos. Posteriormente se supo del asesinato de una joven a manos de un
pandillero de Viñedos alias “Bolón” en un autobús de transporte público en el
distrito de La Molina, donde se ubica el estadio del mencionado club de fútbol,
a la salida de un partido.
Toda esta situación es producto de la proximidad y de los
lazos amicales que fueron promovidos por los espacios públicos y de recreo que
existen en Honor y Lealtad. Vale rescatar que la movilidad en sentido
contrario, el desplazamiento de los jóvenes de Honor y Lealtad hacia Viñedos y
Rodrigo Franco, no se daba, o la frecuencia era mínima, ya que en estos
espacios solamente había una losa, por lo tanto, menos probabilidades de jugar
así como cierta percepción de inseguridad física. Por ello, el espacio público
y de recreo en la urbanización formal tiene un lado bueno y otro malo presentes
al mismo tiempo, ya que ayudó a muchos jóvenes del barrio informal a escalar
sus oportunidades y transformar sus valores liberales, pero también hundió a
muchos jóvenes de la urbanización formal en el mundo de las drogas y la
delincuencia.
Cobro de las áreas recreativas y sus efectos
Desde el 2005, aproximadamente, hacia adelante, los espacios
recreativos dejaron de ser gratuitos conllevando la progresiva desintegración
del tejido social en esta zona de Surco. Los jóvenes de las diferentes
urbanizaciones tienen menor contacto. Las losas deportivas dejaron de ser el
punto de encuentro de la niñez y juventud por lo que se puede esperar que
disminuya la identidad territorial así como las posibilidades de crecimiento en
valores en las zonas informales, así como la introducción en la delincuencia de
los jóvenes de la zona formal.
A todo esto, la Municipalidad de Santiago de Surco se
encuentra en la grave disyuntiva de medir el peso de los acontecimientos y
definir si es más positivo cobrar por jugar en las áreas recreativas y anular
el desarrollo del tejido social y su fuerte cohesión, o anular los cobros y contribuir la cohesión pero con efectos positivos como negativos.
1 comentarios
Mejoren la geografia que es un asco en zonas informales, cuando se van a hacer cargo de eso, siempre es lo mismo
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