La posible reunificación de Corea, un país dividido por la "guerra fría" entre el liberalismo estadounidense-occidental y el comunismo soviético-oriental tras la finalización de la segunda guerra mundial, mantiene expectante al mundo ya que se apagaría otra zona bélica inflamable. Una guerra contra Corea del Norte podría significar una gran pérdida de vidas y recursos materiales que, de salir mal para Estados Unidos, podría incluso hacer tambalear su status de primera potencia mundial.
Bajo ese criterio, la mejor salida es un pacto o acuerdo de paz que facilite la reunificación de Corea. Este tipo de reunificación ya se ha dado en el mundo. El ejemplo más notable de reunificación de dos Estados con un sistema capitalista y otro comunista es el de Alemania Federal y Alemania democrática respectivamente.
Conocer el proceso de separación y reunificación alemán puede ser un ejercicio valioso para hacerse idea de lo que puede ocurrir en caso Corea del Sur y Corea del Norte se animen a realizarlo también.
Separación de Alemania
Alemania se separa en dos al igual que Corea tras la finalización de la segunda guerra mundial, solamente que no lo hizo de norte a sur sino de este a oeste, siendo el este de corte comunista y el oeste, capitalista.
El interés comunista por Alemania provenía de la época de Karl Marx, quién afirmaba que la revolución alemana era clave para la difusión del comunismo europeo y mundial. Según su opinión, si los comunistas conquistaban el poder en Alemania, este podía ser el centro de difusión mundial de su doctrina. No está claro si Marx opinaba lo anterior sobre Alemania con fundamento o, como solía hacerlo en general, en base a criterios endebles poco objetivos y rigurosos. Lo que sí es un hecho es que los comunistas intentaron hacerse con el poder político germano desde el siglo XIX hasta conseguirlo tras la finalización de la primera guerra mundial encabezados por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, conocidos como el movimiento Espartakus. Este movimiento sería derrocado poco después de ascender al poder.
Pasados los años, Alemania inicia la segunda guerra mundial siguiendo la doctrina nacional-socialista, llamada nazi, elaborada por Adolph Hitler, su mandamás, el Führer. Sin éxito, en 1945 termina la guerra cuando la Alemania de Hitler es derrotada y Berlín se encuentra sitiada por las tropas de la Unión Soviética (URSS), Estados Unidos (EEUU) y Gran Bretaña.
Los acuerdos de paz y la aparente calma contrastaban con el escenario gélido y de permanente tensión que estaba por iniciar: la guerra fría, en donde EE.UU. y la URSS se enfrentarían indirectamente en diferentes aspectos de la vida, desde lo bélico hasta lo tecnológico, económico y cultural. Y uno de esos aspectos también fue el territorial.
Configuración territorial de Alemania
La URSS deseaba que la reconstrucción de Alemania se haga bajo un gobierno comunista, las potencias occidentales encabezadas por EE.UU. deseaban que sea una democracia con libre mercado. Tales desavenencias no podían resultar en un consenso, por lo que se parte a Alemania en dos, quedando Berlín en el lado oriental de Alemania. En opinión de Franklin D. Rooselvelt, el lado occidental de Berlín no podía caer en manos soviéticas, por lo que organizaron una resistencia armada para mantener a esa zona libre de la influencia gubernamental comunista. Así quedaba configurado el Estado de la República Democrática Alemana de corte comunista que tenía dentro de sí una pequeña zona de libre mercado gobernada por la República Federal Alemana de corte liberal-democrático, que se quedaba con el oeste de Alemania.
En febrero de 1945 se celebró la conferencia de Yalta, donde inicialmente Francia sugirió que el lado oeste sea gobernado tripartitamente entre Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, sin embargo los anglosajones optaron por darle vía libre a un gobierno democrático alemán que llevara sus propias riendas bajo la condición de no incluir políticas belicistas, anular el afán imperialista y condenar las doctrinas que hicieron de Alemania un país problemático para la paz mundial.
Gobiernos alemanes de la República Federal de Alemania
Desde 1949 hasta 1963, la República Federal Alemana (RFA - Alemania Occidental) fue gobernada por el canciller Konrad Adenauer de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) quien puso en práctica la doctrina Hallstein, la cual rompía relaciones diplomáticas y de otro tipo con los Estados que reconocían a la República Democrática Alemana (RDA - Alemania Oriental) como un país soberano.
En 1969 llega al poder el canciller Brandt en la RFA quien, dando un giro de 180 grados, propone reconocer a la RDA como país. Este canciller también criticó duramente la dependencia de la RFA de Occidente lo cual, en su consideración, generaba cierto "estancamiento". Durante su gobierno hubo un acercamiento entre ambas Alemanias teniendo a la URSS como potencia mediadora en las reuniones. La RFA siempre dejaba clara su intención de reunificar Alemania.
En 1974 ingresa al poder de la RFA Helmut Schmidt, quien intenta continuar con el acercamiento entre las dos repúblicas germanas pero del lado oriental es mal visto ya que las potencias occidentales congregadas en la OTAN propusieron desplegar misiles en la RFA a partir de 1983. De su lado, la RDA, liderada por Erich Honecker, se volvió un Estado más totalitario debido al temor de los dirigentes comunistas de línea dura por la democratización de Europa del Este. Se pensaba que la relajación del regimen policíaco y las iniciativas de descentralización en la URSS eran las causantes de las revueltas checoslovacas de 1968. La desconfianza hizo que los intentos de reunificación se estanquen.
La crisis de la República Democrática Alemana
La reunificación de Alemania no pudo concretizarse desde arriba, es decir, los líderes de ambas alemanias no tuvieron la predisposición, la capacidad y/o la voluntad de hacerlo. En particular considero que nunca podría haberse dado una reunificación de ese tipo, comandada por los gobernantes de la Alemania comunista porque eso suponía casi inmediatamente su derrota. La construcción del muro de Berlín fue una iniciativa comunista para que la población de Berlín oriental no se vaya a Berlín occidental. La convivencia de los dos regímenes en un mismo territorio sin fronteras rígidas hacia inviable el proyecto de economía estatizada traído de Rusia.
La reunificación alemana fue el resultado de la crisis social autogenerada por las contradicciones internas del comunismo en la RDA y de sus aliados. Se debió también al proceso democratizador en la URSS con sus nuevas políticas llamadas Perestroika y Glassnost, que buscaban mayor libertad económica, libertad de expresión y descentralización del poder. Esa facilidad le permitió a Hungría, el cual era un satélite soviético comunista, abrir su frontera hacia el mundo occidental. Esta posibilidad de huir del territorio comunista fue aprovechada por los alemanes que huían despavoridos hacia Alemania Occidental.
Ante tal crisis migratoria se iniciaron manifestaciones en Alemania oriental reclamando mejores condiciones de vida y un acceso directo a Alemania Occidental, en particular a Berlín Occidental. La negación del uso de la represión violenta contra los manifestantes por parte del jerarca ruso Gorbachov y el titubeo de la dirigencia alemana hicieron que el 9 de noviembre de 1989 se abriera la frontera y la gente comience a derrumbar el inservible muro de Berlín.
No obstante había quienes creían que el movimiento social alemán previo a la caída del muro de Berlín en realidad buscaba "mejorar" el socialismo. Uno de ellos fue el trotskysta Ernst Mandel. Sin duda, no podía haber acertado.
La Reunificación de Alemania
La República Democrática de Alemania (RDA) servía como un faro de luz para la Unión Soviética ante los ojos del mundo. Era un territorio próspero donde supuestamente sí "funcionaba" el socialismo.
Este faro en apariencia bello del comunismo se vino abajo en 1989 con la caída del muro de Berlín, tras lo cual, el canciller Kohl del lado occidental de Alemania propuso una confederación con dos Estados alemanes. Esta sugerencia pareció un disparate para algunos que creían en una integración más rápida y directa, donde prácticamente el lado occidental debía absorber de inmediato al oriental otrora gobernado dictatorialmente por los comunistas.
En 1990 se convocó a elecciones abiertas, en estas los comunistas obtuvieron menos de 20% en el lado oriental y no pudieron mantenerse en el poder, por el contrario ganó un gobierno democrático que sugería implementar las políticas de desarrollo usadas en la Alemania Occidental posterior a la segunda guerra mundial. El factor fundamental de cambio en la ya extinta RDA fue introducir la propiedad privada y la economía de mercado. La economía estaba fuertemente estatizada casi en un 80%. Paul Krugman cuenta que cuando cayó el telón de acero (el muro de Berlín) los investigadores occidentales pudieron ingresar a estudiar como funcionaba las economías comunistas y se dieron cuenta de la enorme ineficiencia existente.
El problema que vendría a continuación sería el de la adaptación de un modelo estatalizado a uno de libre mercado. Este cambio se iniciaría primero privatizando la economía, y luego adoptando la misma moneda de Alemania Occidental, con lo que se llevaría a cabo la reunificación.
Estos "shocks" o grandes impactos macroeconómicos pueden desestabilizar a cualquier país o cualquier intento de integración territorial. El temor de fracasar en el intento se dejaba notar, aunque el entusiasmo por reunificar Alemania al costo que sea necesario era más fuerte. Uno de los que criticó la forma como se reunificó Alemania fue el ex-Secretario de Estado del Ministerio de Economía Alemán, Otto Schlecht, quien dijo que las políticas económicas de reunificación fueron un error. Según él y muchos otros, no debió aplicarse las políticas económicas que se usaron tras la segunda guerra en el oeste germano. Las condiciones para su aplicación eran diferentes.
Asimismo, quizá más preciso es definir al problema clave como la velocidad de la privatización de una economía centralizada y planificada estatalmente. Si las empresas en manos del Estado debían pasar a manos privadas rápidamente o en un lento proceso que no afectase tanto al sector social beneficiado por el estatismo era el dilema.
Consecuencias a Corto Plazo de la Reunificación Alemana
1. Alto desempleo en Alemania del Este. Las empresas privatizadas debían reestructurarse y hacerse más eficientes, con lo cual despidieron mucho personal mantenido antes por el Estado.
2. Migración desde el este al oeste de Alemania. En 1991, 500 mil Alemanes del Este trabajaban en el Oeste. Diariamente ingresaban 120 mil alemanes a Berlín Oeste. En Nurenberg, el servicio postal empleó a 800 alemanes del este que tenían que viajar 6 horas en bus para trabajar.
Como medida política se creó un impuesto solidario que estaba dirigido a recaudar fondos para fomentar el desarrollo de Alemania del Este.
Consecuencias a Largo Plazo de la Reunificación Alemana
1. Alemania es el país más poderoso de la Unión Europea.
2. Alemania es una democracia estable manteniendo un nivel de diplomacia ejemplar a nivel mundial.
3. En el 2018 acaba de proponerse el fin del impuesto solidario por considerarse innecesario en las condiciones actuales.
¿Corea podría emular a Alemania?
El caso alemán es ejemplar y sirve como referencia para saber qué ocurre con una reunificación de dos partes de un mismo país separados por la Guerra Fría entre el capitalismo y el comunismo. En el caso de Corea hay muchas semejanzas y también diferencias.
Por ejemplo es sabido que Erich Honecker, el último líder de la RDA fue encarcelado y luego deportado a Chile. Definitivamente ese no es el resultado que esperan los Kim en caso de una reunificación coreana.
No cabe la posibilidad de que la potencia surcoreana sucumba ante el norte y se vuelva comunista, pero a la inversa es mucho más probable que ocurra. La legitimidad de la democracia liberal es el modelo contemporáneo y es el diferencial entre las sociedades del sur y norte de Corea. En ese caso que les quedaría a los Kim, ¿podrían ser nuevos líderes demócratas y ceder el poder cada cierto tiempo? Resulta dificil de imaginar. Aunque era igual de dificil pensarlo en Alemania hasta antes de la caída del muro de Berlín.
Lo más probable es que una vez caído el sistema de Corea del Norte los shocks iniciales afectarán a quienes se benefician del Estado en Corea del Norte, pero brindarán oportunidades a todos los desfavorecidos. Y, con el pasar del tiempo, Corea podría ser una potencia aún más grande, al mejor estilo de Alemania porque reinician su economía limpiándola de los lastres del estatismo más radical que atrasa el progreso: el comunismo.