El arte urbano: la fealdad de la belleza y una solución en la Ciudad

16:21


Lima.- 02 de Agosto del 2015

El llamado arte urbano nos interesa conceptualmente porque engloba dos términos ciertamente complejos para definir una producción gráfica: arte y urbano. Normalmente, el término arte urbano nos evoca un dibujo, no una canción o un poema. El arte urbano en general se entiende como una expresión visual, la cual, curiosamente, no es fácil de parametrar. Difícilmente alguien se pondrá de acuerdo para establecer qué es arte urbano y qué cosa no lo es. Este problema de definir parámetros se muestra omnipresente en todas partes, resultado más que de la posmodernidad y de la “caótica” vida contemporánea, de una flojera mental propia de los millenials, quienes están más cómodos con un riendo sin parar leyendo a sus conocidos en un social networking site, que pensando en acomodar precisa y ordenadamente el mundo de las ideas. Hagamos un esfuerzo por ordenarnos.

Lo urbano en el arte urbano

El historiador de arte Rafael Llimós nos da a entender que el arte urbano es una suerte de síntesis del arte pop, la psicodelia, influenciados por letreros luminosos y fachadas de cristal. Diría que más que fachadas de cristal se trata de fachadas de concreto, las cuales sirven de lienzo para los artistas. Quizá allí se encuentre la razón de llamarse “urbano”. En el campo agrícola-ganadero no hay muchas posibilidades de utilizar estos lienzos de ladrillo, cemento y pintura en la cantidad que encontramos en una aglomeración citadina del tamaño de las capitales mundiales. Lo urbano es una expresión regional muy definida en ese sentido.

Lo artístico en el arte urbano: gráfica urbana

El arte se define de diversas maneras, pero, en mi opinión, lo artístico es la valoración estética de cualquier obra, sea científica, técnica, ingenieril u otra. Vale decir, no tenemos que remitirnos meramente a la poesía, las pinturas o la música para hablar de arte; los textos científicos también pueden ser bellos, sin embargo posiblemente no se valoren principalmente desde este enfoque pues no persiguen principalmente el objetivo de cautivar por su estética o belleza, sino por su objetividad y función. La estética en la ciencia es algo accesorio, decorativo, mas no central, sin embargo por eso no deja de tener su parte artística.

Entonces, la diferencia está en el énfasis que colocamos sobre nuestros criterios valorativos. En una muestra o revista de arte se valora la estética, en un congreso o revista científicos se valora la precisión y la verdad, no la belleza, aunque mejor si están acompañadas de esta.

Es más, pensé en su momento que la razón por la que los filósofos griegos incluyeron a la estética como parte de la filosofía era porque la forma como se presenta un texto científico-técnico era crucial para una adecuada comprensión del mismo, tan importante como la didáctica y la empatía de un profesor sabio para llegar a un alumno. Un docente desprovisto de carisma, de buena caligrafía y de colores compatibles en una diapositiva, no conseguiría óptimamente su objetivo de enseñar. Sin embargo, en la práctica, los filósofos tienen otra interpretación sobre la estética y la filosofía, acaso más afanada en comprender la esencia o causas últimas del arte, aunque ninguno de ellos sepa ciertamente que significa “esencia” o “causas últimas”.

Por lo tanto, podríamos decir que, más que arte urbano, lo que vemos en las paredes de las ciudades son gráficos urbanos, de tal manera que el estilo sería la gráfica urbana, aun con todas las connotaciones imprevistas, polémicas y discrepancias que pueda suscitar. Por ahora nos quedaremos con ese concepto.

La gráfica chicha y la gráfica urbana

En el Instituto Cultural Peruano Norteamericano se llevará a cabo una muestra llamada “Gráfica urbana”, donde participarán diseñadores gráficos y otros creativos ilustradores que, de alguna manera, comparten esa denominación de artistas urbanos. Una de las cosas características en estos círculos es la inclusión de las tonalidades “chicha” dentro de su paleta de colores. El propio Llimós no se atreve a marcar una tajante diferencia entre lo pop, lo psicodélico y lo chicha, e indica que sus límites son difusos. Sin lugar a dudas ambos géneros tienen mucho parecido, pero también notables diferencias.


Revista Somos. 01 de Agosto del 2015. Acerca del evento Gráfica urbana.

De alguna manera, esta mixtura es un triunfo de la síntesis cultural en el país. A pesar que los colores chicha no fueron promocionados desde los medios de comunicación masiva, principalmente nos referimos a la televisión, estos se han impuesto incluso como ícono distintivo de nuestra peruanidad promovido desde el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR).

El MINCETUR aprovecha los colores chicha como identidad peruana

¿Por qué los colores chicha?

Los colores chicha son fosforescentes, pueden ser naranjas, amarillos, rojos, verdes, lilas, todos combinados. Antagoniza claramente con la moda chic occidental que vemos en las galerías de las marcas internacionales en los centros comerciales. A lo chicha no le interesa mezclar los colores como Valeria Massa o Claudia Schifer, no le interesa seguramente cuál es la onda en Versalles. Es una estética diferente, pero no creo que desenfadada.

¿Por qué no es desenfadada? Porque es principalmente comercial. Los colores chicha se orientan principalmente al mercado de los conciertos musicales de cumbia en los conos de la metrópoli. Su objetivo no es cuestionar las normas sociales o criticar algo, sino simplemente llegar al público para vender. He ahí, principalmente, la diferencia que encontramos con la gráfica urbana norteamericana nacida en el Hip Hop. Sin embargo, esas tendencias están uniéndose, básicamente por el parecido cromático y la globalización.

¿Dónde y cómo aparecieron los colores chicha? es ciertamente un misterio. Algunos años atrás estuvimos interesados en un tema que esperamos retomar algún día, que era comprender los colores chicha como indicadores de territorialidad en la capital metropolitana del Perú. Buscando en la bibliografía, los autores especulaban pero no daban un argumento certero y definitivo. Se dice que la gráfica chicha debiera su naturaleza al color de las polleras (conjunto de faldas superpuestas) en las mujeres de la Sierra, otros hacen referencia a la bandera Inca. ¿Habrá quién busque los orígenes en los colores de los selváticos? Por nuestra parte, pensando más en el mantenimiento de la gráfica hasta la actualidad, pensamos que son sus tonalidades fosforescentes las que, como propaganda, no pasan desapercibidas. Desde el punto de vista publicitario, es una buena manera de llamar la atención, más a una población provinciana que no está inmersa en la estética seria occidental y que no reniega con ese tipo de propaganda en su paisaje.

La síntesis no es absoluta

Esta suerte de choque y unimismamiento entre la gráfica urbana y chicha no es absoluta, aún está en formación, y quizá nunca llegue a serlo. Hay artistas como “Túpac” que parecen estar desarrollando esta tendencia, pero en las calles también vemos expresiones poco ligadas a esta fusión, quedándose más próximas al desenfado juvenil sin la incorporación de lo fosforescente chicha y sus peculiares fuentes de letras.


El estilo de Elliot Tupac se nutre del estilo chicha y el arte urbano.
El arte urbano en Barrios Altos. Fotografía: Alex Carrillo
El arte urbano en Barrios Altos. Fotografía: Alex Carrillo

El caso de Banksy: Entre el mensaje y el desorden

Banksy es un artista gráfico inglés que tiene un talento incuestionable para expresar cuestionamientos a la sociedad. Mucha gente aprecia sus murales y él aboga en uno de estos porque no sean borrados de las paredes, sean suyos o de otros artistas, en las calles de la ciudad.

El genio Banksy critica con este mural la labor pública de limpiar el arte, en este caso recordando el arte rupestre.

Sin embargo, las paredes son propiedad privada, por lo tanto no deberían ser modificadas sin el consentimiento de los dueños o responsables. Independientemente de la estética, la cual puede ser considerada muy fea o muy bonita por los observadores, para mucha gente no se trata más que de un tipo de vandalismo. La problemática en todas las ciudades es la misma. Recorriendo las calles de Santiago de Surco (Sábado, 1 de agosto del 2015), vi a este joven realizando un grafiti en una pared, lo cual generó percepciones encontradas en el autor.

Grafiti en realización en Santiago de Surco. Vea el ejemplo para la familia y niños.

Del mismo modo ocurre con los afiches chicha en la ciudad, todos los días se pegan uno encima de otro en las paredes del cono este y del cono norte, obligando a las autoridades municipales a que se use dinero público para limpiar algo que inmediatamente será ensuciado de nuevo con otros afiches, goma y papel.

Un caso diferente, aunque no del todo, ocurrió con los murales de Túpac que fueron despintados por el dueño de un local en el Centro de Lima. En este caso, era una obra acabada, bien elaborada y con un mensaje encriptado, por lo que muchos activistas criticaron desmedidamente que se borre tal figura. En realidad, no sabremos si esta corriente de opinión en contra del borrado del mural se debió a un honesto amor por la obra de arte o porque creyeron que era el alcalde turno quién lo había ordenado. De cualquier manera, estos conflictos requieren una solución.

Mural borrado de Elliot Tupac

Posible solución


En Japón, la propaganda política con afiches solamente puede colocarse en unos lienzos creados para ese objetivo. Me parece que algo semejante podría hacer la autoridad pública para los artistas gráficos urbanos y para los que promocionan conciertos de cumbia con afiches chicha. Sobre esta base, se debe pensar incentivos que promuevan esta práctica más ordenada que no atenta contra la propiedad ni contra terceros. Es una idea general que debería pensarse y trabajarse, de la mano con una educación en valores y una apuesta por la digitalización del grafiti, para que se promueva estas expresiones en la computadora. No olvidemos que nuestros derechos terminan donde empiezan los del otro. Pintar un grafiti en la pared de alguien desconocido sería tan indecente como que publicara este artículo en la puerta de tu casa con pintura. Lo cual refleja una posición narcisista y negativa para todos.

Efectos de pegar papeles en la pared. Este es un afiche chicha.

Afiches ordenados en Japón, como propaganda polítca.

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