Autor: Alex Carrillo Díaz

Han pasado 3 años desde que escribí el último artículo para mi página. Un blog que yo mismo no terminaba de entender. ¿Qué objetivo buscaba? Inicialmente quería escribir sobre geografía, la disciplina que estudié en la universidad. Tenía mucho que decir al respecto y no lo dije. Cada vez que alguna idea rondaba mi cabeza pensaba que sería mejor pulirla antes de publicarla. Lo cual nunca llegaba a realizar. O pensaba también que era tan buena que alguien más podía robársela. Ese temor a no ser riguroso o a ser víctima de plagio me paralizó. Y extrañamente terminé investigando y escribiendo sobre los temas que menos dominaba, como una salida a mi interés por escribir sin ventilar ideas originales.

El tiempo me enseñó que somos efímeros y no sabemos hasta cuando estaremos aquí. Si tienes algo que hacer, es mejor hacerlo. Las dudas y temores son parte de la vida y tenemos que lidiar con ellos, pero llegado un momento tenemos que enfrentarlos y decidir si nos atrevemos o no. Creo que este es el momento en el que debo retomar la escritura.

En apariencia nunca tendremos tiempo libre, pero a veces no necesitamos más de 20 o 25 minutos para leer algo, y otros 30 minutos para perfilar el escrito de una idea, que puede ser terminada al día siguiente en otros 20 minutos más. Antes, mi pretensión fue escribir artículos extensos con mucha bibliografía citada, pero el exceso de rigurosidad hizo lenta mi producción. Ahora, esta bitácora será de pequeñas notas y no de artículos largos como acostumbraba.

No pretendo gustar al gran público, pero no por eso no me esforzaré o haré un mal trabajo. Mi motivación principal ahora es dejar testimonio de algunas cuestiones con las que me encuentro, mayormente de casualidad, y me parecen interesantes, aun cuando quizá a nadie más le parezca relevante. Haré mi mayor esfuerzo por ser claro y gustar. A lo mejor mi motivación motive a alguien más. Escribir puede ser una manera de sentirse útil, quizá algún lector en la soledad de una recamara te lo agradezca en sus pensamientos. Con eso me quedo.

Quiero agradecer a las personas que siguen confiando en mi aun cuando no les doy motivos, porque me ayudan a superar todo tipo de barreras. Cuando te derrumbas, sus palabras son la energía más grande para levantarte. Nunca es tarde para dar todo de ti.