Lima, 28 de junio del 2014.-
El plan de urbanización 2014-2020 de China resulta muy interesante de analizar desde un punto de vista geográfico. ¿Por qué han creado este plan? Para superar la crisis económica mundial y la desaceleración económica. Pero ¿en qué consiste? ¿solucionará los problemas de China en el corto y largo plazo? Aquí lo evaluamos.
Las diferencias de China se manifiestan claramente entre el Este y el Oeste.
La crisis financiera norteamericana y europea podría
considerarse al mismo tiempo una crisis del modo capitalista de adquisición de
vivienda. El problema principal fue la concepción económica que tenían los
intelectuales de la desregulación y la banca. Las entidades financieras creían
ciegamente que podían brindar préstamos a casi cualquier persona con mucha
independencia de su situación económica y financiera ya que los precios de los
inmuebles, supuestamente, no dejan de crecer y también porque, si el prestatario incurre en
impago de las cuotas, podría vender dicho bien inmueble, pagar su deuda con el
banco e incluso ganar alguna utilidad. Esta concepción fantástica en realidad
era reflejo de un momento (el momento de la economía especulativa) pero no reparaba
en la sostenibilidad del negocio a largo plazo. La estructura de la economía
era, de alguna manera, piramidal: solo era cuestión de tiempo su caída.
Las instituciones financieras así como los políticos no
consideraron, por ejemplo, que el crecimiento de los precios de la vivienda llegaría
a un máximo o que inclusive podría
disminuir; que la competitividad de las economías asiáticas crecía
incesantemente – fomentado por su sistema económico neoliberal, el alto nivel tecno-científico,
la gran cantidad de población y el bajo precio de la mano de obra- atrayendo la
localización industrial hacia sus territorios y quitando plazas laborales en el
mundo occidental. No pensaron las consecuencias que traería el cambio
tecnológico. El desarrollo de la informática, las telecomunicaciones y la
microelectrónica ha hecho más eficiente la economía, desapareciendo trabajos
que ahora se automatizan o se practican a gran distancia –como los médicos indios
que hacen los análisis de las radiografías norteamericanas o los contadores que
elaboran los libros para empresas occidentales, los callcenters en Latinoamérica para servir a usuarios españoles, entre
muchos otros casos. Internet lo hizo posible.
Thomas Friedman denominó a este fenómeno el “aplanamiento de
la Tierra”. Pero todos estos aspectos no fueron tomados en serio por los gurúes
de las finanzas y la economía. Lo más grave de todo esto es que el modo de
adquisición de la vivienda sigue siendo el mismo en los países donde no
arremetió la crisis contemporánea. Este modo se mantiene en Asia y en
Latinoamérica. Muchos hablan de las potenciales burbujas inmobiliarias pero el
tema aun pasa desapercibido. ¿Por qué no se pone atención a las potenciales
burbujas inmobiliarias?
Tiempos de cambio
Tras la crisis financiera se vive un período de
desaceleración económica mundial, que muchos sospecharon que llegaría a ser de
recesión mundial. Es decir, ahora la economía sigue creciendo pero más
lentamente, por ello estamos desacelerando: vamos más lento –o menos rápido,
como se vea. Pero la recesión se da cuando la economía deja de crecer y
comienza la disminución de la producción.
Ante esto, China (2014) ha propuesto un plan para sortear la
crisis y seguir creciendo: un nuevo plan de urbanización y demografía. ¿Tiene
que ver algo una propuesta de urbanización y demografía con esquivar una crisis
económica? Al parecer, sí, y se basa a grandes rasgos en la perspectiva
regional de Gunnar Myrdal: intervención estatal para promover el crecimiento
económico en áreas de menor jerarquía o poco favorecidas por el ambiente y el
libre mercado.
Este plan de urbanización se propone diferentes objetivos
para mantener la economía en crecimiento. Entre estos puntos destacamos los
siguientes:
Cambio en la política del hijo único
En la navidad del año 2013, el gobierno chino decidió que
había llegado el momento de cambiar la política del hijo único para permitir
que las familias de algunas zonas en China pueda tener un segundo hijo. Aunque
no es una política nacional y los propios funcionarios revelan que en el corto
plazo no habrá un cambio en esta política, es un primer paso hacia la
desaparición de la planificación familiar. La decisión de acabar con la
planificación familiar se debe al hecho de que la pirámide demográfica se ha
invertido en la base, lo cual implica que en el algún momento habrá mayor población
vieja que población económicamente activa (PEA), reduciendo la productividad y
la disponibilidad de mano de obra barata. Este fenómeno, el momento de Lewis,
actualmente se da en Europa.
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La PEA será menor en el futuro y habrá muchos adultos mayores que mantener. Fuente: US
Sin embargo esta es una polémica importante, o quizá una
muestra más de las ventajas y desventajas que todo fenómeno social trae para el
desarrollo. Mientras el gobierno chino es tímido es sus reformas, otros
autores, como Mitali Das y Papa N’Diaye[1]
consideran que la situación demográfica china ha llegado a un punto sin retorno,
en el cual ninguna medida política puede hacer que exista un excedente de mano
de obra para finales de la década del 2020. En el mejor de los escenarios,
aplicando políticas que liberalicen realmente su sociedad, reducirán su PEA y
por lo tanto los salarios aumentarán.
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Escenarios tendenciales sobre la reducción de la fuerza laboral y la presión demográfica
Inversión en infraestructura y transporte según el tamaño de
los centros poblados
El nuevo plan de urbanización 2014-2020 de China se propone
crear una línea ferroviaria en cada ciudad que cuente con una población mayor a
los 200 mil habitantes, y un tren de alta velocidad con 7 kilómetros de cobertura
para las ciudades con más de 500 mil habitantes. Esta decisión ha sido tomada para
aumentar el gasto público, de modo que se dinamice la economía y se creen
condiciones internas para el crecimiento por causas endógenas. China no puede
depender de las exportaciones porque sus principales clientes viven en
austeridad (Europa) o sin estabilidad ni confianza (Estados Unidos). La
promoción del empleo por medio de la inversión pública supone un monto colosal
de dinero: U$S 7 millones de millones.
Los planificadores chinos consideran que es necesario
aplicar políticas que promuevan el crecimiento interno –propio de la teoría
regional y las propuestas de Myrdal- pero debido al entorno externo que se ha
complicado para la segunda economía mundial, no tanto a cuestiones
preconcebidas o ideológicas.
Sin embargo, el criterio de beneficiar las urbes con estas
cantidades poblacionales puede generar crecimiento, pero al parecer continuará
la concentración de actividades productivas en la zona este del país. Es decir,
las zonas menos favorecidas seguirían mal y sin inversión. Observemos el
siguiente mapa donde se muestra donde se concentran las urbes con cantidades
mayores a 100 mil y 500 mil habitantes en China, o sea donde se concentrarán
las inversiones del plan de urbanización.
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Las zonas que serán favorecidas por la inversión se encuentran próximas al litoral. El este del país crecerá más.
Esta tendencia fomentaría el crecimiento en la zona próxima
al litoral, que siempre ha sido beneficiada por políticas “quirúrgicas” del
gobierno chino. En un inicio (1980) se trató de la zona litoral que se
encuentra en Guandong, en las proximidades de Hong Kong, para luego extenderse
por toda la zona de interfase continente-océano hacia sus correspondientes hinterlands, como es el caso de Shangai
por ejemplo, en la zona noreste.
Insalubridad ambiental
La existencia de yacimientos carboníferos baratos en China
promovió su utilización masiva. Sin embargo, el frenético crecimiento ha
devenido en una crisis ambiental. El aire se encuentra totalmente contaminado
al punto que muchas ciudades han superado con creces los límites máximos que
exige la organización mundial de la salud para el material particulado atmosférico.
La presencia de PM 10 y PM 2.5 supone una grave preocupación para el país asiático
que teme cualquier foco de rebelión por parte de su población. El gobierno no
puede obviar los problemas más urgentes de la población, como su salud.
Considerando que el límite máximo son 25 partículas de 2.5 micrones por metro
cubico de aire, y la moda en la mayoría de ciudades es 200 partículas, podemos
concluir que China está sumamente contaminado. Inclusive en alguna ocasión, el
aire llegó a contener 800 partículas por metro cúbico en Pekín.
El grave problema al que se enfrentan los mandarines es como
hacer converger la eficiencia del sistema socioeconómico chino, con la
elevación de los costos que implica el cuidado del medioambiente. Por eso, el
plan de urbanización tiene como eje la protección ambiental y el desarrollo
tecnológico amigable con el ambiente, pues resulta más fácil prevenir antes que
solucionar problemas (sean políticos o de salud).
Aplanamiento de las montañas
China es un país con cultura milenaria. Dinastías
antiquísimas se han dedicado a obras monumentales, como la conexión de centros
poblados por medio de obras de ingeniería civil e hidráulica gigantescas, donde
modificaron el cuso del río amarillo, o como cuando construyeron la Muralla
China.
Ahora los chinos, básandose en sus conocimientos en minería –por
algo poseen el 35% de participaciones en la actividad minera peruana, país
minero por excelencia-, están aplanando montañas, creando planicies para
permitir la ocupación antrópica en grandes extensiones. Este es el caso de la ciudad de Shiyan.
Ciudad de Shiyan, 2003. Vista en perspectiva desde Google Earth.
Ciudad de Shiyan, 2013. Vista en perspectiva desde Google Earth.
Ciudad de Shiyan, 2013. Aplanamiento de las montañas. Vista desde arriba. Google Earth.
Esto permite el crecimiento de la superficie habitable, así
como del potencial económico del territorio.
Cambio en el sistema Hukou
Una de las políticas geográficas que actualmente -desde el
punto de vista político liberal- podría considerarse injusta –si mezclamos
justicia y geografía como pretendía David Harvey- es el sistema Hukou. Este
sistema proviene de la época maoísta, cuando el líder chino sentenció que la
concentración urbana y la migración del campo a la ciudad no debía darse. Para
ello se creó un sistema de servicios públicos que no permite a la población de
un determinado lugar atenderse en otra ciudad. Esto intentaba mantener a la
población en el lugar donde se encontraba viviendo. Sin embargo, con la
flexibilización económica la migración se hizo necesaria, mientras tanto la
norma se mantuvo igual. Esta situación ha creado un sistema de clases sociales
donde un sector es tratado como paria. No pueden recibir atención educativa, ni
sanitaria o pensión alguna de parte del Estado. En el ámbito laboral se les
trata como inmigrantes. Son como extranjeros en su propio país.
Quienes más sufren con esta política son las personas del
campo, pues en la práctica el gobierno brinda las condiciones para que la gente
de la ciudad vaya a vivir al campo sin perder sus derechos, pero no plantea lo
mismo si la gente del campo quiere ir a la ciudad. Lo curioso es que los
artífices de la revolución china, los campesinos, siguen siendo el sector más
desfavorecido y pobre de su sociedad. Por ello, se plantea una reforma del
Hukou para integrar a la población y permitir la movilidad espacial sin mayores
restricciones en el futuro. Lo que no se sabe es cuando se dará.
Belleza escénica y calidad de vida
China busca promover el crecimiento de su clase media y
brindar mayores comodidades para no generar descontento social. Busca algún
tipo de integración y un consumo interno galopante. Para ello, ha tachado de su
lista de posibilidades deseables al modelo de crecimiento urbano
latinoamericano, el cual considera un modelo fallido. No pretende tener en su
territorio ni favelas, ni chabolas, ni villas miseria, ni barriadas, entre
otras.
Este modelo de ocupación ilegal ha predominado en América
Latina. El principal modo de ocupación de tierras se da a través de los “mercados
ilegales de tierra”. Esta es la tendencia en Sao Paulo, Río de Janeiro, México
o Managua. Mientras en la década del 50 y 60, predominaba la invasión como
método principal de ocupación residencial-comercial del espacio, el mecanismo pasó
a ser dominado por traficantes de tierras ilegales (Calderón, 2005)[2].
Por ello, China pretende no incurrir en los errores
latinoamericanos al no saber absorber la alta demanda de tierras por parte de población
con escasos recursos, para no dañar su paisaje ni convivir con todos los
problemas que conlleva la ilegalidad e informalidad en el tráfico de tierras.
La perspectiva sistémica
Las medidas asumidas por el gobierno chino crean un nuevo
escenario para la economía mundial, y con seguridad será un caso importante
para los modelos de ocupación geográfica. No olvidemos que el caso chino es
peculiar, casi único. Se trata de una dictadura de derecha donde el partido
comunista dirige los hilos del país totalitariamente. Desde 1979, las reformas
en el país trajeron bonanza económica. Ahora se encuentran en una posición
dominante y buscan convertirse en una nación desarrollada (desde el punto de
vista liberal-occidental) por medio de una política moldeable en función de las
circunstancias. Los chinos no han sido en absoluto ortodoxos ni dogmáticos,
sino completamente pragmáticos y alineados con las directrices del mercado
mundial. Si hoy buscan darle calidad de vida a su población es porque la coyuntura
así se lo exige.
Sin embargo hay algo que no están combatiendo y es su propia
burbuja inmobiliaria. El modo de adquisición capitalista de la vivienda es
prácticamente el mismo que se utilizó en las zonas enfrentadas con la crisis
financiera. Las políticas actuales de China podrían retardar la caída de los
precios o la ralentización de la economía, pero no comprendemos cómo el sistema
puede ser sostenible en el largo plazo. El aumento de los ingresos y de la
calidad de vida suponen costos para las empresas y el gobierno, lo que a fin de
cuentas creará las condiciones para que aparezca un sustituto de China, como
China y La India sepultaron –o ayudaron a sepultar- a Estados Unidos y Europa.
Y no sabemos si este asunto pueda solucionarse con una política de
urbanización.