Autor: Alex marcelo Carrillo Díaz.
Geógrafo.
Marco Aurelio Denegri dice que no existe un verbo para decir la verdad, como si existe uno para decir mentiras: mentir. Sin embargo, veo que en la RAE ya aparece el verbo sincerar como válido. A mí no me suena muy bien. Yo preferiría decir sincerizar, aunque no sé si sea una construcción correcta. De cualquier modo, ahora hablaré de política y empezaré sincerizándome.
En primera vuelta voté
por Hernando de Soto, destacado economista e investigador social, candidato a
premio nobel de Economía según los entendidos, con mucho roce y bagaje político
mundial. Pensé en votar por él porque tengo una inclinación por los llamados “cuadros
técnicos”. Consciente o inconscientemente tiendo a apostar por esos candidatos.
Por eso, también, voté por el actual alcalde de Lima que refiere estudios de Planificación
urbana en Japón.
A la luz de los
hechos, es cierto que el CV u hoja de vida del candidato a funcionario público no garantiza
que haga las cosas bien o genere un cambio tan positivo que termine siendo
revolucionariamente bueno. Pero al menos, en mi
opinión, te garantiza que tampoco lo hará muy mal. En el peor de los casos
terminará manteniendo el statu quo.
En segunda vuelta voté
por Keiko Fujimori. En esa elección para mi pesó más la ideología. El partido Perú Libre,
que tenía como candidato a Pedro Castillo, se afirmaba como marxista-leninista,
vale decir, comunista. Yo no comulgo con los comunistas. Ergo, voté por Fujimori.
Pero no solo era un tema ideológico, también era un enfrentamiento de estudios
y experiencia que quedó en segundo plano. ¿Pedro Castillo tenía el conocimiento
y la experiencia para ser presidente de la República?
Escasez de cuadros políticos
Los científicos
sociales en la universidad San Marcos generalmente son de izquierda. Ellos
votaron en masa por Pedro Castillo en la segunda vuelta. Cuando uno les consultaba
acerca de la capacidad de gestión y los méritos que podía tener Castillo,
solían responder indicando que en política eso no importa tanto; los
tecnócratas, como llaman a los bachilleres, licenciados, ingenieros y demás, no
habían resuelto los problemas del país. Un candidato podía ser un profesional o
alguien culto y ejercer mal sus funciones, sea por su incapacidad, sea por
corrupto. En pocas palabras, el CV era lo de menos.
Tras el triunfo de Castillo,
los gabinetes ministeriales que fueron nombrados sucesivamente dejaron mucho
que desear. Inicialmente ni siquiera contaba con todos los ministros para
hacerlos juramentar. Castillo que no quiso vincularse a la clase política vetusta,
se encontraba mal rodeado y, por lo tanto, mal aconsejado o asesorado.
Para hacer buena política
no basta con ser diferente, es necesario ser mejor que el resto. Y nadie puede
ser mejor para un cargo semejante como la presidencia de la República que
alguien con muchas relaciones intelectuales con gente seria. Al final, el
haber conocido a las personas correctas y darles su lugar es una cuestión de carácter
y del azar también, son varios factores. Estas personas asumirán cargos,
tomarán decisiones, tendrán una imagen y serán cuestionados constantemente. Encontrar
un perfil inmaculado como este es como buscar un sustituto de Carrillo en la
selección. Ok, estoy exagerando, no es tan difícil, pero tampoco es tan
sencillo.
Como decía, el azar es
importante. Para tener un golpe de suerte semejante es recomendable estar bien
ubicado. En el Perú, la elite intelectual no se encuentra en los movimientos
sociales o en los sindicatos. Ni siquiera los universitarios son intelectuales.
En realidad, son una minúscula esfera social de la cual dependemos, y que
generalmente tiene estudios superiores. Nuestra sociedad es incapaz e inculta.
Si Castillo quería aislarse de la elite, por el temor a ser más de lo mismo,
quedaría indefectiblemente mal rodeado ya que él mismo no cuenta con un mejor
círculo de personas.
La Facultad de Ciencias Sociales
La elección de mi
amigo Dux como ministro del Ambiente ha sido causal de mofa entre los
científicos sociales (pueden leer los comentarios aquí). Estos antropólogos,
sociólogos y demás indican que Dux no tiene el CV ni la experiencia requeridas.
Pero resulta contradictorio porque ellos mismos eligieron a un presidente que,
en mi humilde opinión, tampoco tiene el mejor de los CV para su cargo. ¿Por qué
juzgar con diferente vara a cada persona? Yo creo que ellos ni siquiera se han
dado cuenta de su contradicción. Votaron por una persona para que ejerza el
cargo más importante del país usando un criterio que olvidan cuando se trata de
un cargo inferior al mismo. ¿No podrían decir lo mismo que decían de Castillo
en el caso de Dux? ¿Acaso no son los viceministros y los técnicos los que harán
el trabajo específico y el ministro solo será la cara visible y quien brinde
las ideas generales que otros ejecutarán o harán realidad? Las bases
epistemológicas de los científicos sociales parecen tener la forma de un plato
de spaghetti.
El segundo punto es
que la responsabilidad de elegir a los ministros no es de Dux.
Es responsabilidad del presidente y su círculo de asesores. Atacar la imagen de
Dux por lo que ha hecho en la universidad, sea en las aulas o como dirigente
estudiantil, o por su escaso CV, no tiene tanto sentido. Él no es el culpable ni el
responsable de que hayan confiado en él. Dux fue eligido por el presidente. Otros quieren condenarlo por aceptar el
cargo, pero esto no me parece malo en sí. ¿Alguno de ustedes lo
rechazaría en honor a su falta de experiencia? No habría algún coach de
superación que te diría acepta los retos que te pone la vida o algo semejante.
Es un reto personal que ha asumido, así lo veo. Con lo cual no digo que lo respaldo o sea la mejor opción, lo que digo es que él no es el responsable.
Por lo tanto, si tú, científico social, votaste por Castillo, entonces no tienes autoridad moral para cuestionar el CV de un funcionario público ni tampoco para condenar a una persona por su pasado cuando el responsable está en otro lado: en palacio de gobierno, donde deberían llover las críticas. Y quien eligió a alguien sin CV fuiste tú en primer lugar. No lo olvides.
Lo más importante que quería
destacar no es la crítica, todos tienen derecho de ejercerla, si no la doble, triple o logarítmica moral del
científico social y su falta de enfoque para ver la raíz de los problemas. Si van a solicitar CV, pues, háganlo siempre.
La Escuela de Geografía
Lo cortés no quita
lo valiente, siempre me
repetía mi tío Walter. Tremenda frase. No la comprendía en su momento. Creo que
los geógrafos deberíamos reparar en la misma.
Los geógrafos, para los que no nos conocen, o sea casi todo el Perú, somos una
comunidad pequeña, en la que existen mínimamente tres instituciones consideradas
como representativas: La escuela de geografía de la Universidad San Marcos,
la de la universidad Católica y el Colegio de Geógrafos del Perú (CGP).
Una institución como
estas debería ser un ente impersonal. Es decir, debe contar con áreas
despolitizadas que saluden los logros de los miembros de su comunidad, te
caigan bien o mal como personas. Es notable apreciar que ninguna de estas
instituciones ha emitido un comunicado saludando la designación de Dux como
ministro del Ambiente. No me refiero a un respaldo ciego a la gestión,
solamente un saludo de buena fe, un saludo amistoso. No lo han hecho. ¿Habrían ignorado de la misma manera al profesor XY que si es parte de su cofradía si fuese elegido ministro del Ambiente? Las formas son importantes.
En materia individual[1],
muchos geógrafos que saludaron la designación de la geógrafa Camila Vallejo, miembro
del partido comunista chileno, como ministra en su país, no han saludado la
designación de Dux. ¿Alguno de ellos ha indagado el pasado o la capacidad intelectual
de Camila Vallejo? Les recomiendo una entrevista que Andrés Oppenheimer tuvo con ella
que los hará recapacitar. Cuando las cosas se ven de lejos todo parece bonito.
Como los de Rage Against the Machine que cantaban música alternativa
desde Estados Unidos a favor de Sendero Luminoso. ¿Alguien desde Chile saludará
a Dux? Parece difícil, no es tan guapo.
Ni las instituciones ni los geógrafos tienen la obligación de saludar al flamante ministro. Pero creo que las instituciones si pudieron haber hecho el esfuerzo.
Dux es el primer geógrafo -o bachiller en geografía, da igual- en ser ministro del Ambiente en el Perú. Es histórico. Y será igual de histórico su silencio.
Mayo del 2012. Dux, con casaca blanca, junto a los compañeros de promoción en la escuela de Geografía de la UNMSM |
[1] No se me malentienda.
Todos pueden cuestionar a cualquier ministro que sea nombrado en si mismo. Si a
alguien no le parece que Dux sea la persona adecuada es perfectamente
comprensible. Lo que trato de aclarar es que no toda la crítica es coherente y las instituciones actúan de un modo extraño, ignorando el logro.