Post-Diálogo #001: sobre el estilo y las opiniones
21:32Escribir un diálogo es una experiencia muy diferente a escribir un ensayo. ¡Qué tal diferencia! 🤯 En un ensayo siento que puedo matizar mis ideas, hasta alcanzar cierta moderación. El solo hecho de pensar en el tipo de crítica que podría recibir me lleva a ser bastante cauteloso y exhaustivo. El ensayo me permite esquivar, conveniente o cobardemente, temas polémicos o, peor aún, haters. En cambio, un diálogo no es moderable, a menos que traicione la veracidad de lo dicho, falsee los argumentos de los interlocutores o cambie el camino que tomó su discusión. Un diálogo escrito -siento que- tiene que ser fidedigno al diálogo hablado, a lo que pronunciaron los contertulios.
Al percatarme de las características que posee un texto tipo diálogo, en seguida reflexioné sobre los charlas escritas en la filosofía griega, ¿desde que perspectiva debemos analizar los diálogos de Platón, por ejemplo? Ahora ya no sé si es cierto que las ideas defendidas por Sócrates en sus diálogos, son en realidad las ideas de Platón pero camufladas. Como nos dicen los estudiosos de la obra de Aristóteles, parece que las ideas de Platón difieren de las defendidas en sus libros. Aristóteles, discípulo de Platón, nos presenta a su maestro de modo irreconocible en varios aspectos, en comparación con lo que se dice en sus diálogos socráticos. Por mis lecturas de la Metafísica, creo que Aristóteles analiza varios párrafos de la obra de Platón de manera literal, cuando quizá debió tomarlos metafóricamente; no obstante, es probable que en algunos casos Aristóteles nos muestre al verdadero Platón. En definitiva, parece que un texto en formato de conversación no es el mejor testimonio para analizar objetivamente las ideas de su autor, o, en todo caso, no siempre lo será.
Vale agregar que, independientemente de la objetividad, un diálogo es una buena forma de presentar ideas polémicas, ya que te permite aprovechar a los personajes y presentar diversidad de pensamientos, enfrentándolos. En ese sentido, el diálogo textual me parece muy práctico.
Sobre la crítica al diálogo
Al publicar el Diálogo #001: Sobre la mujer como pareja ante algunos lectores y pedir su opinión, obtuve respuestas que no esperaba. Pensé que en general recibiría una crítica general por asociar una posible inestabilidad familiar con la difusión del feminismo y del movimiento LGTBIQ+, pero no fue así. Salvo las personas que están inmersas dentro de la ideología de género, los demás prácticamente no se enfocaron en esa parte del diálogo, sino que lo saltaron para comentar otra parte del texto que, seguramente, les parecía más interesante.
Nuestro sesgo de confirmación nos conduce a destacar o ignorar ciertas partes de una lectura. Cuando estamos de acuerdo con algo, lo damos por hecho y nos mantenemos tranquilos, y cuando estamos en desacuerdo, se enciende una alarma mental, que nos lleva a destacarlo y criticarlo.
Debatir con un troll
Escribir y matizar ideas no es fácil. Lo fácil al escribir es decir las cosas de frente, y se ve en los comentarios de las publicaciones en las redes sociales. Pero es sencillo solamente en cuanto a la redacción, ya que luego vendrá lo difícil: el enfrentamiento ideológico contra quienes piensen distinto. Por eso, es necesario aplanar o redondear las ideas. Muchos debates los gana el más troll, no el más culto. Y creo que eso pasa porque en internet hay ciertas ideas políticamente correctas que todos repiten porque parecen ser verdaderas o mejores, siguiendo tan solo el sentido común.
Una buena forma de discutir con un troll es entender su idea, tomar lo que está bien, lo que está mal, y proponer una mejor idea que comprenda a la suya y la supere. Es presentar el panorama completo de la problemática en discusión. Aunque pueda parecer complicado, no lo es. Generalmente, como decía, los debates donde participa la gente normal no tienen sustento más que en el sentido común, y el sentido común es muy limitado para analizar problemas globales. Si la ciencia, o la filosofía, ha descubierto algo, es que afirmar tajantemente una tesis es un camino seguro al error. Entonces, si deseas presentar una idea polémica, un diálogo puede servirte, te permitirá exponer la contraparte, en un ida y vuelta constante, adelantándote al juicio superficial que la gente tiene por lo general.
Algo importante, los debates de este tipo no se ganan ni se pierden, a lo mucho pueden aclararte más, enseñarte, al sopesar los beneficios y perjuicios de cada alternativa. Al final, las interrogantes quedarán abiertas. Pero en la cultura troll, que parece predominar incluso entre profesionales, se cree que la verdad existe, que ellos ya la alcanzaron y que sus contrincantes se merecen la burla o, incluso, el escarnio.
En pocas palabras, para los debates sociales, la forma importa más que el contenido, pero no solo por la estética o claridad, sino porque en la búsqueda de una mejor forma de presentar la idea, también encontrarás un mejor contenido.
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